El emperador Naruhito de Japón ha proclamado este martes su ascenso al Trono del Crisantemo en una ceremonia celebrada en el Palacio Imperial de Tokio ante invitados de todo el mundo, y que ofreció un inusual atisbo a los ritos de la milenaria dinastía nipona.
En una jornada lluviosa y declarada festividad nacional, el nuevo emperador nipón protagonizó un acto solemne de unos 30 minutos de duración, con el que se completan los principales fastos de su entronización tras heredar el cargo de su padre, Akihito, el pasado mayo.
El momento central del acto tuvo lugar cuando los chambelanes descorrieron las cortinas del trono "Takamikura", mostrando así a un inmóvil Naruhito ataviado con el traje ceremonial marrón rojizo que sólo pueden vestir los emperadores, y ante las profundas reverencias de los asistentes.