Hanna Seidel ha pasado de ser víctima de upskirting (la conducta por la cual alguien te hace fotos por debajo de la falda sin tu consentimiento o sin ni siquera advertirlo) a convertirse en la impulsora de un debate publico en su país, Alemania, donde esta práctica no aparece tipificada en el Código Penal. Sí lo está en otros, como en Reino Unido, donde está reconocido como delito. En España algunos casos han llegado a considerarse delitos contra la intimidad, penados con hasta cuatro años de cárcel y, si las imágenes son difundidas, con hasta un lustro en prisión.
El pasado mes de marzo, al saber del reciente debate político vivido en Reino Unido a cuenta de la prohibición del upskirting, Seidel se cansó de que ese tipo de comportamientos siguieran siendo tolerados en su país.