Al final no ha habido cámaras en el interior del tribunal, ni la famosa fotografía policial, ni le han esposado, ni lo han retenido en ninguna celda. Pero eso no ha retirado el adjetivo de inédito a la escena: por primera vez en la historia, un presidente de EEUU, en activo o retirado, se ha entregado a las autoridades para la toma de huellas dactilares y la lectura de cargos de su procesamiento.
Trump se ha declarado este martes "no culpable" ante el juez de Nueva York de los 34 cargos de los que está acusado por los pagos para comprar el silencio de una actriz porno coincidiendo con la campaña electoral.