La familia Del Pino fichó para dirigir su fundación a ex cargos de las autoridades de defensa de la Competencia mientras Ferrovial manipulaba miles de licitaciones en España junto a otras grandes de la construcción.
Los del Pino son los principales accionistas de esta multinacional, que acaba de anunciar una polémica mudanza a Holanda, y que fue una de las fundadoras del denominado G-7. Este grupo fue sancionado el año pasado "por alterar durante más de 25 años el proceso en las licitaciones de construcción de infraestructuras", según determinó la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).