Casi una semana de estímulos intelectuales para reflexionar sobre qué papel tienen los feminismos en la reconstrucción de la realidad distópica que se está viviendo en tiempos de pandemia.

Alejandra Galo es una de las integrantes del 'cuarteto base' que se amplía a siete cuando llega el momento de la celebración del festival. "Somos un equipo muy pequeñito pero muy resolutivo. De hecho, estas son las cosas buenas de trabajar con mujeres", explica a elDiario.es. La acogida de la primera edición, que se celebró el año pasado, fue muy buena, tanto por parte del público como de las participantes. Esto ha estimulado el respaldo económico de las instituciones gubernamentales, que cubre casi el total de la financiación. "En 2019 solo contamos con la subvención del ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, pero durante 2020 hemos ido forjando relaciones y ahora tenemos al Gobierno de Canarias, la Viceconsejería de Igualdad y al Ayuntamiento otra vez, entre muchos otros", afirma.

Pero presentar el proyecto con la palabra 'feminista' bien visible presentó dudas, porque eran conscientes de que la misma mención al concepto podía suscitar reticencias iniciales. "Ese fue uno de los grandes debates a la hora de idear el concepto del festival. Feminista sí, feminista no, feminista en el logo sí o no. Pero al final decidimos que no había motivos para no hacerlo. Somos un festival abiertamente feminista y no lo vamos a ocultar. Y el que quiera apostar por él lo tendrá que hacer aceptando todas las condiciones. Al final está saliendo bien", sostiene Galo.

Montar un evento desde la 'ultraperiferia' que es Canarias –como dicen desde la organización– y atraer la atención de un público que vaya más allá del archipiélago presenta dificultades. Tanto por el dinero necesario para desplazar a las artistas como para lograr la cobertura de los medios nacionales, a los que muchas veces se acusa de centralistas. Pero Galo comenta que también gozan de ciertas ventajas: "Tenemos un punto de exótico. A mi me gustaría que más allá del sol y la playa, Canarias se pudiera posicionar como un centro cultural con esos rasgos, a medio camino entre África y Europa".

La idea del concepto sobre el que pivota esta edición de 2020 surgió durante el confinamiento. Galo y Sara Brito decidieron que, además de la relación entre ciencia ficción y feminismo, querían plantear qué es lo que pueden aportar todos los feminismos a esta nueva realidad, a un mundo en destrucción. Para Galo, la utopía se materializa en una República Feminista con unas instituciones que: "regulen la vida social en términos de cuidados, que sigue siendo una de las tareas pendientes de esta sociedad. En ella se tendrían en cuenta el clima, el resto de las especies y la diversidades sexuales. Sería un mundo mucho más rico, más diverso y más colorido que el que tenemos ahora", afirma.

La soberanía es la palabra que define el mejor de los futuros para Jessica Pérez, feminista anticolonial independentista y autora del fanzine Feminismos en Canarias que presentará junto a Dani Curbelo, otra de las autoras, el día 10 de diciembre. Una publicación que ella define como: "Una exposición necesaria de encuentros y reflexiones para repensarnos colectivamente como mujeres y otras identidades disidentes canarias desde nuestro territorio. 'Sentipensarnos' como cuerpos-territorio, desde, por y para nosotras". El acto será presencial en las asociación cultural Equipo Para y también se podrá seguir por streaming en Youtube y Facebook.

Sostiene que los feminismos ponen la vida por encima de los intereses económicos y por lo tanto, son el centro del cambio social. "La economía feminista, comunitaria y transformadora lleva mucho tiempo poniendo sobre la mesa herramientas y prácticas para reconstruir y cambiar este mundo que ya era distópico antes de esta llamada pandemia, porque la Covid-19 solo ha puesto en evidencia la locura a la que conlleva las formas de vida de los 'países centrales' del sistema capitalista heteropatriarcal".

Lucrecia Dalt, artista colombiana afincada en Berlín, es otra de las integrantes del cartel del HER Feminist Festival 2020. Como ella misma explica a elDiario.es, su trabajo se basa desde hace tiempo "en la construcción de ficciones sónicas especulativas. Uso la experimentación sonora como medio para explorar distintos temas. Mi último disco No era sólida es una especie de ilusión auditiva suspendida que abraza las posibilidades de posesión a través de un personaje que llamo Lía, que está inspirado en el poema Interface de Gloria Anzaldúa y el libro Un soplo de vida de la escritora Clarice Lispector".

Su concierto, que será presencial, se celebrará el viernes 11 en el Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife. Lo que la animó a participar en el evento fue la posibilidad de conocer e interactuar con "un grupo de personas que tienen un deseo de agitar estructuras convencionales y visualizar el trabajo fundamental de personas que ofrecemos otros puntos de vista a la narrativa usual". Su utopía feminista se plantea como "el colapso total de cualquier idea de identidad estipulada desde fuera y no desde una consciencia libre. Un lugar donde aceptamos al otro tal cual como desee desplegarse ante nosotros. Un lugar de placer infinito, de despliegues creativos que ignoran y eluden convencionalismos". 

Resumir el currículum de Elisa McCausland es complicado. El programa del festival la presenta como periodista, activista e investigadora especializada en analizar la cultura popular desde la perspectiva de género. Ha publicado el ensayo Wonder Woman: El feminismo como superpoder (Errata Naturae, 2017), además de numerosos artículos de diversos medios. También forma parte del fanzine sonoro Sangre Fucsia. Para ella fue imposible rechazar una propuesta que le permitirá "conversar con compañeras y amigas sobre la relación entre feminismos y ciencia ficción, y su imbricación en la cultura popular de ayer y hoy", afirma a elDiario.es.

El 7 de diciembre participará en una mesa redonda titulada Imaginando mundos posibles desde la ciencia ficción feminista junto a Lola Robles. Será presencial en Equipo PARA y se podrá ver en streaming vía Youtube y Facebook. Precisamente, en los últimos años se está viviendo un boom de visibilización de escritoras de ciencia ficción y para McCausland se debe "a la problematización de las estructuras, de su cuestionamiento. Surgen reacciones, movimientos, inspiraciones. Los feminismos y la ciencia ficción tienen una relación de más de un siglo, de ahí las interesantes tensiones que se han dado durante todo ese tiempo, y se están dando. Que en este último lustro ambos copen la primera plana también nos debería hacer pensar sobre los síntomas de nuestro presente, que nos hablan tentativas de cambio y capitalizaciones, de oportunidades y oportunismos".

Sostiene que en el presente el papel de los feminismos requiere pasar a la acción en todos los sentidos. "Aunque las utopías se proyecten, hay que hacer lo posible en la actualidad para que las ideas de cambio trasciendan el nivel discursivo y formen parte de nuestro día a día a partir de los actos". También advierte de que "una sociedad tan mediatizada como la nuestra, que ha visto cómo la pandemia ha intensificado el simulacro de esfera pública digital, corre el riesgo de dejar de lado a las personas que se encuentran al otro lado de la pantalla".

Su utopía sería una que "asegure el respeto y la convivencia entre todos los seres vivos de este planeta; bueno, de este planeta y más allá", aunque ve imposible que llegue a cumplirse en algún momento "por la naturaleza misma del ser humano". En este aspecto hay visiones más positivas que otras. Por ejemplo, Alejandra Galo imagina que sí se llegará a conseguir ese futuro idealizado aunque las que lo verán son las generaciones futuras. "Por eso es importantísimo generar referentes positivos para las nuevas generaciones e iniciar un cambio y un movimiento que siembre para que los que vienen detrás puedan recoger", expresa.

Dalt se alinea más o menos en la posición de Galo y dice: "No estoy segura de si llegaremos algún día a una utopía global de esta naturaleza, pero posiblemente sí podamos crear muchísimas burbujas de colectividades que funcionen con una consciencia diferente".

Jessica Pérez sí la vislumbra más inmediata: "Creo que en lo cotidiano muchas personas, desde sus errores y contradicciones, están consiguiendo llevarlo a sus realidades cercanas desde ya. Dentro de este sistema y a pesar de él, poquito a poco van construyendo y contagiando a otras. Por qué esperar si podemos tocar desde ya un pedacito de ese sueño feminista, pongámonos todas manos a la obra", alenta. 

Eleonora Pecorari, Alicia Puleo, Hara Alonso, Tania Schwartz, Rebeca Lane o Agnès Pe son otros de los nombres que aparecen en la lista de participantes en el HER Feminist Festival 2020. Ante la pregunta de qué actividad le llama más la atención, McCausland afirma que toda la programación le parece magnífica, al igual que Dalt, aunque la segunda especifica que tiene especial curiosidad por "la mesa redonda Imaginando mundos posibles desde la ciencia ficción feminista,  por el trabajo que presentará Rita Indiana, Elysia Crampton y por el concierto de Narcoléptica". 

A Jessica Pérez le parece muy importante la mesa redonda Transfuturismos: Identidades trans y no binarias con Alicia Ramos y Thaïs Cuadreny AKA Fera. Explica que en este momento "en el que algunas feministas y feminismos se niegan a aceptar en el movimiento a las mujeres y otras experiencias trans" es necesario que "las compañeras trans también estén presentes y participando con espacios propios donde poder poner en común y en colectivo cuál es su realidad, sus luchas, sus opresiones, sus resistencias, pero también su arte, sus creaciones, sus experiencias. Creo que en el encuentro y la cercanía, en la normalización a todos los niveles de que estas mujeres estén, con pleno derecho, en los espacios feministas". Concluye afirmando con rotundidad: "Tenemos el deber de apoyar la lucha de este colectivo, que considero es la lucha de todas. El feminismo también será trans o no será".