Fue la propia cantante, que actualmente tiene 39 años de edad, quien pidió hablar. Nadie sabía lo que iba a decir en su primera aparición ante la justicia desde 2019. "No había vuelto a intervenir porque en la audiencia anterior no me sentí escuchada", arrancó Spears.
Su acelerado discurso, de más de treinta minutos, hiló una lista de impactantes declaraciones que no se esperaban ni los fans ni la prensa presente en el juzgado. "Esta tutela está pagando el sueldo de mucha gente. Estoy harta", continuó. La artista cuestionó el sentido de la tutela legal, una figura que en Estados Unidos se reserva para personas incapacitadas o con enfermedades graves que no pueden hacerse cargo de sí mismas.
"No tiene sentido que una persona bajo una tutela legal gane dinero", argumentó la artista después de denunciar que estuvo obligada a trabajar contra su voluntad durante su exitoso espectáculo de Las Vegas, que entre los años 2013 y 2017 fue una de las principales atracciones de la ciudad.
Spears retrató la tutela como una especie de secuestro del que se beneficia su familia y un grupo de abogados que llevan años recibiendo el dinero que ella ha ganado con su "duro trabajo". La fortuna de Spears, valorada en más de 50 millones de dólares, paga todos los costes derivados de esta figura legal.
Asimismo, la intérprete de "Toxic" afirmó que no tiene libertad para hablar con la prensa, dar entrevistas, casarse o formar una familia junto a su actual pareja. En ese momento, llegó una de sus declaraciones más impactantes: "Tengo un DIU (dispositivo intrauterino) en mi cuerpo en este momento que no me deja tener un bebé, y mis tutores no me dejan ir al médico para que me lo saque".
En su intervención, Spears recordó que mientras se preparaba en el año 2018 para otro espectáculo -que finalmente no se estrenó- su medicación llegó a ser tan fuerte que se sentía drogada y era incapaz de tener una conversación con su madre, pero aún así tenía que acudir a los ensayos.
"Me gustaría demandar a mi familia y compartir mi historia con el mundo", llegó a decir la cantante, quien cree que su padre y otros implicados deberían acabar en prisión. La jueza que supervisa la tutela, Brenda Penny, tuvo que pedir en varias ocasiones que Spears hablase más despacio para tomar nota de todo lo que estaba diciendo.
"Solo quiero tener mi propio dinero y poner fin a esto, que mi novio me lleve en su jodido coche", suplicó la estrella. Por su parte, la jueza solo agradeció el testimonio de Spears, que calificó de valiente, y acordó con las distintas partes implicadas una nueva sesión cuya fecha está por determinar. El abogado de la artista, Samuel Ingham, podrá entonces formalizar la petición de poner fin a la tutela legal.
Por su parte, el equipo legal del padre, Jamie Spears, se negó a responder al testimonio de Britney para "preservar su privacidad" y no sacar a la luz "detalles de su estado de salud" en una audiencia pública y con presencia de periodistas. "Ya han hecho un buen trabajo explotando mi vida", gritó la cantante interrumpiendo a una de las abogadas.
Mientras Spears hablaba un centenar de personas se manifestó a la puerta de los juzgados, convocados bajo el lema #FreeBritney. "Estoy enojada, pero a la vez me siento feliz porque ella pudo hablar después de tantos años y el mundo pudo escuchar todo lo que le están haciendo", manifestaba Araceli, quien acudió a la manifestación con una pancarta.
"No nos importa si vuelve a actuar o no, queremos que sea feliz y libre", afirmó por su parte Alex. La carrera de Spears, su tutela legal y el lema "#FreeBritney" (Libertad para Britney) tomaron impulso este año tras el estreno del documental "Framing Britney", una cinta elaborada por The New York Times que repasa los aspectos más ásperos de la carrera de la artista.