"La música es todo para mí, la mejor forma que encuentro para expresarme, la mejor manera de sentir e incluso de pensar. Creo que los músicos contamos con otro lenguaje muy especial, que nos permite comunicar, eso es algo único", confesó el artista, nacido en Bayamo (este) el 24 de febrero de 1943. De hecho, afirmaba que sus mejores recitales, "los más abiertos y espontáneos, ocurren ante el público de mi isla".
El pasado junio, La Habana acogió su última actuación en Cuba. Y fue todo un acontecimiento. Las entradas para el primer escenario propuesto, el Teatro Nacional, se agotaron en breve y la protesta de sus seguidores, subida como una marea en las redes sociales, se saldó con el traslado del concierto al Coliseo de la Ciudad Deportiva, con una capacidad cuatro veces superior. El público cubano vio entonces a Milanés llegar al plató en una silla de ruedas, imagen que para muchos resultó un presagio de que se habían agudizado los problemas de salud arrastrados por décadas.
Esta visita a La Habana también significó reencontrarse con su familia en la isla cinco meses después de la inesperada muerte de su hija Suylén a causa de un accidente cerebrovascular al inicio de 2022. Milanés residió desde 2014 en Vigo, junto a su última esposa y mánager, la historiadora gallega Nancy Pérez, con quien tuvo dos hijos.
Fundador de la Nueva Trova cubana junto con Silvio Rodríguez y el fallecido Noel Nicola, un movimiento musical cargado de tintes políticos, Milanés fue durante las últimas décadas una de las figuras de la cultura cubana más críticas con el sistema político de la isla.
"En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado y lo denuncié", declaró tras las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 en la isla, las mayores en décadas.
El creador de "Para vivir", "El breve espacio en que no estás" y "Amo esta isla", reiteró entonces su confianza en el pueblo cubano "para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas y sin represión".
En septiembre pasado Milanés fue parte del centenar de artistas e intelectuales cubanos que suscribió un manifiesto de la sociedad civil y se pronunció en las redes sociales por el impulso de cambios en su país "dentro de un espíritu de soberanía, inclusión y respeto al ser humano, a su dignidad y aspiraciones más básicas".
A lo largo de su vida, Milanés entró 29 veces al quirófano, debido principalmente a una necrosis crónica en la cabeza del fémur, pero también por una hernia y por una insuficiencia renal, que lo llevó a someterse a un trasplante de riñón donado por su mujer en 2014.
Se suma a ello su padecimiento del mal de Dupuytrén, una enfermedad que le provocó el cierre progresivo de la mano y le impidió tocar la guitarra durante varios años. En 2017 se trasladó a vivir a España para tratarse un tipo de cáncer que afectaba su respuesta inmunológica.