De momento, hay localizadas algo más de sesenta piezas, pero todo indica que el número de obras no devueltas a sus legítimos dueños podría ser muy superior.

La asociación dedicada a la recuperación de la memoria histórica pide al Prado que organice una exposición titulada “Incautados” para que “muestre las obras de las que se apropió el franquismo mediante amenazas o violencia y se explique el modus operandi del proceso de represión que llevaron a cabo las instituciones franquistas y la historia de los distintos organismos que se encargaron de recuperar las obras de arte”, explican desde la ARMH.

Emilio Silva, presidente de la asociación, cree que se deben dar a conocer estas operaciones de saqueo y los botines de guerra obtenidos a punta de pistola. “Sabemos la alegría con la que la familia del dictador entraba con las manos vacías en las dependencias del Patrimonio Nacional y salía con las manos llenas”, asegura Silva. “Una exposición así serviría para contar la propia historia del Museo del Prado, para explicarle a la sociedad lo que fueron las incautaciones, para hacer una reparación simbólica y quizá para ayudar a encontrar a los legítimos propietarios de las obras y poder restituirlas”, añade el presidente de la ARMH.

Entre los cuadros robados que se conservan en el Prado figuran los del alcalde republicano de Madrid, Pedro Rico. Sus nietos han iniciado el proceso de restitución de su colección de bienes artísticos, que están alojados en varios museos públicos, tal y como adelantó elDiario.es

También han pedido a la Biblioteca Nacional de España (BNE) una exposición similar, con los bienes expoliados. Este periódico desveló que esta institución conserva, al menos, 2.500 ejemplares de libros y en torno a 4.000 obras gráficas (dibujos y grabados) expoliados por el franquismo, tal y como informaron desde el centro a elDiario.es. Sin embargo solo son cifras aproximadas. Hasta el momento los especialistas han identificado dos grandes fuentes de ingresos de obras incautadas, pero no existe un inventario que determine la cantidad exacta de bienes que no fueron devueltos a sus dueños tras la dictadura.

Los técnicos de la BNE han realizado los trabajos previos para su identificación, a través de la documentación que se conserva en el archivo del centro y, al ser labores preliminares, avisaron de que toda la información será corregida o ampliada. En las próximas semanas sería difundida por la BNE, que en estos momentos realiza los trabajos de identificación para constituir el inventario exacto del expolio, ocho décadas después de los millares de ingresos que realizó el franquismo entre 1941 y 1943. Entre los ejemplares identificados “hay obras de valor cultural”, informaron desde la BNE.

A Emilio Silva le gustaría ver en el Ministerio de Cultura la misma voluntad política que mantiene en el litigio del cuadro de Camille Pissarro, que los nazis robaron a la familia Cassirer y que el barón Thyssen vendió a España, en 1993. Cuenta que ha pedido a la cartera de Miquel Iceta cuánto se ha gastado en abogados para defender esta causa. Este periódico ya adelantó que, al menos, han sido tres millones de euros. “La actitud política debería ser la misma: el Ministerio debería estar investigando estos expedientes de las obras que, según Franco, “se perdieron por los azares de la guerra”. Deberían estar buscando a los dueños de estas obras que se conservan en museos, ministerios y otras instituciones públicas. Necesitamos un inventario para reparar a estas víctimas. Ya no podemos seguir mirando a otro lado, el caso de Ramón de la Sota es un precedente definitivo y aparecerán más familias como la de Nicolás Sánchez Albornoz”, sostiene Emilio Silva. “Esto no ha hecho más que empezar”.