Ni en su declaración institucional ni en las primeras entrevistas que ha concedido en estas últimas horas ha concretado Sánchez qué hará y qué impulsará su Gobierno tras el punto y aparte, en su búsqueda de una “regeneración democrática”. Quizás sea esa inconcreción el motivo por el que muchos, tanto partidarios como adversarios, vean en su anuncio tras sus cinco días de reflexión más un paréntesis -otro signo de puntuación tomado en sentido metafórico- que un punto y aparte. Un paréntesis para tomar aire, para recuperar el aliento, el relato y la iniciativa política… sin realmente emprender ningún cambio relevante.
Punto y seguido, punto y aparte, paréntesis. Usados no en su literalidad sino como expresiones metafóricas, mucho más allá de la ortografía, los signos de puntuación nos ayudan a explicarnos.
La reacción de Alberto Nuñez Feijóo fue este lunes no en puntos y aparte sino en puntos y seguidos. Varios, intensos, en gradación y con remate final ingenioso: “No quiere oposición. No quiere Justicia. No quiere medios de comunicación. Y sólo se quiere a sí mismo”, dijo de Sánchez. Parece que el líder del PP ya ha encontrado un buen redactor de discursos.
A propósito de puntos, y ya acabamos. Recomiendo, especialmente a los políticos, un libro de 2005 del lingüista y escritor José Antonio Millán que versa sobre la puntuación y sus signos: la coma, el punto y coma, los dos puntos, los paréntesis o rayas, los puntos suspensivos, el punto y aparte… Se titula Perdón imposible, se subtitula Guia para una puntuación más rica y consciente y bucea en muy diferentes textos, desde novelas hasta webs o libros de cocina, para entender “el funcionamiento del sistema más anárquico de la lengua”.
El título se lo inspira esto a Millán: “De mis años escolares recuerdo una anécdota atribuida a Carlos V (luego la he encontrado referida a otros reyes, pero nos dará lo mismo...). Al emperador se le pasó a la firma una sentencia que decía así: ‘Perdón imposible, que cumpla su condena’. Al monarca le ganó su magnanimidad y antes de firmarla movió la coma de sitio: ‘Perdón, imposible que cumpla su condena’. Y de ese modo, una coma cambió la suerte de algún desgraciado…”.
Ojo a las comas fuera de sitio y a los signos de puntuación mal utilizados. Pueden acabar pasando factura.