El texto está organizado en torno a cuatro ejes: igualdad de oportunidades, visibilidad y reconocimiento, formación y conocimiento, y violencias machistas. En él se recogen las 46 acciones concretas para la consecución de los objetivos, como la incorporación de la perspectiva de género interseccional en las subvenciones, becas y contratación pública; la elaboración de una guía para difundir a creadoras y artistas en el ámbito educativo de secundaria y formación profesional artística y musical; y la realización de un informe sobre la representación de las mujeres migrantes y racializadas en el sector cultural.
Hasta ahora, las únicas dos iniciativas en materia de igualdad puestas en marcha desde la Administración habían sido el Protocolo de Prevención del Acoso Sexual por Razón de Sexo y la Unidad de Atención y Prevención de las Violencias Machistas en el Sector Audiovisual y Cultural.
“Militancia” sin presupuesto específico“Creemos en un Ministerio de Cultura militante, en el que dentro de sus políticas, la igualdad forme parte de un eje central”, ha añadido Urtasun. Eso sí, no se ha especificado –ni en la presentación ni dentro del texto, pese a que se le dedica una hoja– qué presupuesto se va a destinar para cumplir con el Plan. “Se destinarán los recursos necesarios para el desarrollo y ejecución de las mismas”, es toda la referencia que incluye.
Urtasun ha destacado que van a realizar “un esfuerzo de diagnóstico” para poder contar con datos en base a los que tomar medidas. También ha insistido en el compromiso en la lucha contra las violencias machistas: “Tenemos que ser muy activos”. Y del mismo modo en la capacidad de incidencia “en la brecha económica que existe entre hombres y mujeres”. “Queremos que todo lo que se haga en el Ministerio sea con mirada feminista, de igualdad. No presentamos un plan sectorial más, tiene que permeabilizar todo lo que hacemos”.
Jazmín Beirak, Directora General de Derechos Culturales, ha indicado que el documento, que abarca 100 páginas, busca incorporar la igualdad “en todas las dimensiones de la participación cultural, de acceso, creación, la toma de decisiones, educación, etc.”. A su vez, generar “condiciones materiales que permitan la participación de las mujeres en el sector cultural”. Según ha defendido, solo así se podrá conseguir “una sociedad más igualitaria y construir imaginarios gracias a su poder simbólico, que ha de ir apoyado de condiciones materiales”.
Inés García Rubio, una de las autoras del Plan, ha explicado durante la presentación que, para llevarlo a cabo, el primer paso fue ponerse en contacto con todos los sectores para detectar cuáles son las “dificultades con las que se encuentran las mujeres en la cultura”. A partir de ahí establecieron una serie de objetivos, incluyendo para cada uno de ellos una serie de medidas. Respecto a las violencias machistas, la investigación ha buscado “conocer la situación, diagnosticar cuál es la incidencia, qué condiciones favorecen que aparezcan los casos y sensibilizar a los agentes culturales”. Además de poner el foco en la “prevención”: “Queremos que haya protocolos que prevengan los casos y que permitan detectarlos”.
