El proyecto, desarrollado en apenas dos días, se ha basado principalmente en una decoración natural y artesanal. “Todo nuestro espacio está inspirado en África, en toda su artesanía y su cultura”, ha explicado en la presentación Marta Melián, que ha comentado que traer un trocito de la “tradición africana” ha sido “el foco principal” de su nuevo trabajo. La diseñadora cuenta a elDiario.es que su objetivo ha sido transmitir “la creatividad de los valores que tienen los africanos”, destacando la importancia de apostar por “lo natural” para realizar futuros espacios.
“Nos estamos cargando el mundo y contar con la artesanía para la elaboración de todos los proyectos es muy importante”, ha declarado Melián a este periódico, que ha reivindicado este arte y su acción de producir porque sin artesanía “está muerto el mundo”. “Hay que apoyar a los artesanos de manera general a nivel mundial. La artesanía es, precisamente, la base de la economía de muchos países”, ha manifestado con contundencia la arquitecta canaria, que quería visibilizar esta realidad con la idea base del proyecto y la decoración de la sala.

La diseñadora está detrás de Studio Mo, que ha sacado adelante el espacio con el equipo de profesionales que la propia Melián dirige. “Todos nuestros proyectos son muy naturales. Siempre utilizamos maderas, linos y algodones, e intentamos meter plantas y vegetación”, ha señalado. Eso se refleja en la sala “privada y muy exclusiva” que ha diseñado. La habitación destaca principalmente por unos biombos que incluían los símbolos africanos de la creatividad, el valor y el respeto, palabras que han reiterado los encargados en varias ocasiones.
Este evento, propuesto por ARCO a Marta Melián, además de homenajear la cultura africana, busca captar nuevos clientes y dar visibilidad a una profesión que “mucha gente no sabe que existe”. Así lo explica Melián a este periódico, subrayando la relevancia del interiorismo y enfatizando que es primordial que cada vez haya muchas más personas que acudan a los servicios de profesionales “para darle un punto diferenciador a sus casas, a sus locales y a sus negocios”.

La diseñadora apunta que “la gente piensa que [acudir a profesionales] es demasiado caro o que no se lo pueden permitir”, lo cual considera un error, porque al final “es alguien que tienes a tu lado y que te acompaña en todo el proceso de crear algo bonito para ti”. Melián añade que es más barato de lo que se piensa y que hay demasiada desinformación al respecto: “Si vas a hacer una obra en tu casa, el hecho de que no contrates a un profesional para hacer la obra implica que tienes que dedicarle mucho más tiempo sin conocimiento, y eso genera más quebraderos de cabeza”.
La arquitecta expone que contar con profesionales como ella durante el proceso de diseño hace a las personas “ahorrar más dinero y tiempo”, ya que habrá quien no sepa cómo funcione el tema de los precios o los acabados, por lo que acaba siendo positivo tener a alguien detrás “respaldando y ayudando”. Melián dice que hay un retraso notable en España con respecto al resto de países europeos en este aspecto, ya que “en el norte” de Europa sí es más normal que “la gente” contrate “a alguien para que le haga sus casas”, así como en “el uso de artesanía y cosas naturales en general”.
Para hacer que la experiencia sea igualmente sensorial, Alberto De Armas, quien ha colaborado con Melián en la presentación del proyecto, ha señalado la conexión con el continente africano desde un enfoque sostenible y de comercio justo. Los invitados han podido probar dos tipos de café, uno etíope y otro keniano, que han servido para reivindicar “la tradición” y “la familia”: “Es un proceso muy artesanal. En España compramos a través de comercio justo para que todas las familias que lo fabrican reciban el dinero”. Alberto De Armas asemeja la importancia del café en África con la del aceite en España, apuntando que también “se unen como cooperativas”.

“Cada familia lleva sus granos de café como puede, porque, poniendo de ejemplo Kenia, allí es muy difícil su traslado en el monte”, explica De Armas, “así que se reúnen en cooperativas y ya lo venden a Europa”. El compañero de Melián indica que los cafés en África son “muy suaves” porque “no pelean con el clima” y los ofrece a los invitados para que generar un ambiente más apropiado. La música ayuda: mientras tanto, sonaban de fondo canciones como The Captain of Her Heart (2016) de Flora Martínez o Adventure of a Lifetime (2016) de Sarah Menescal, temas con influencias latinas.
Las obras seleccionadas para acompañar el espacio reflejaban también esta conexión con la artesanía y la naturaleza. Entre ellas, destacó Espejo (Castillo Rojo) (2020) de Diego Delas, una pieza elaborada en colaboración con el artesano Pedro Izquierdo utilizando maderas como enebro, olmo, nogal, roble, cerezo y pino. La obra aportaba cierta calidez al ambiente y encajaba a la perfección en la estancia.

Belén Rodríguez, junto a Tintoreros Sustentables, aparecía con Hoja Verso (2020), obra compuesta por 30 telas de algodón teñidas con tintes naturales que dialogaba de maravilla con la atmósfera de la sala. Asimismo, otra propuesta relevante fue Dunia, Mulk, Yabarut (2019) de Asunción Molinos Gordo, creada con la ayuda del artesano Francisco Javier Barreno Pérez, que combinaba forja mixta, talla y alfarería para ofrecer un toque tradicional y rústico.
Los dos espacios divididos por los biombos aguardaban secretos para los más observadores, pequeños regalos para aquel que se detuviera y prestara atención a los detalles. En una de las estanterías había una edición antiquísima del libro El hijo de Tarzán de la colección de Aventuras de Tarzán, toda una reliquia para los más coleccionistas. Este no era el único ejemplar antiguo en la sala, pues hasta dos volúmenes estropeados por el paso del tiempo decoraban la mesa principal.
Las lámparas, causantes de la tenue iluminación de la estancia, merecían que se las analizara detenidamente. Una de ellas, pese a que no lo parecía de lejos, representaba un pájaro por la forma de sus patas. Encima de la bombilla de esta lámpara, una sola pluma por si quedaba alguna duda de su figura. Justo detrás, la obra S13,R19,Z26 (2018) de Elena Alonso, creada junto al tornero Francisco Martín Sánchez y que llama la atención por su uso de escayola, madera de boj, resina y otras exóticas como el mopane y el ébano, proporcionando un interesante contraste de materiales.
La propuesta de Marta Melián para ARCO 2025 deja claro que la arquitectura puede ser una poderosa herramienta para crear experiencias que trasciendan lo estético y transmitan un mensaje, como en este caso lo es de reivindicación de las culturas que no nos son tan cercanas pero que conviven también entre nosotros. La obra Deep Hamra (2018) de Carlos Monleón, realizada con yute, algodón y lana, ofrecía un tapiz de texturas suaves y orgánicas para completar así el proyecto.
Con respecto a los artistas seleccionados que forman parte de la sala de invitados, Melián opina que ARCO te propone “una serie de obras” y, a partir de ahí, “eliges la que consideras que te va mejor con la decoración del espacio”. Aunque solo tardaron dos días en montarlo, la diseñadora lleva con la idea en la cabeza “un par de meses”, que es el tiempo que pasa desde que la organización propone la estancia. Con el resultado final, Melián recuerda que es posible enriquecer el entorno con diversidad y que el arte puede ser un puente hacia diferentes realidades.