Este hito no solo reflejó la recuperación definitiva tras los años de pandemia, sino que también marcó un punto de inflexión en el posicionamiento de España como un referente global en la música en directo.
El auge de la música en vivo en 2024 no solo llegó de la mano de los grandes festivales, sino también del éxito de las giras nacionales. Melendi fue el más taquillero del año, con una gira que recorrió el país reuniendo a más de medio millón de personas en 41 conciertos. Su regreso a los escenarios estuvo marcado por un público fiel que llenó recintos en cada una de sus paradas, confirmando su capacidad para conectar con diferentes generaciones.
El éxito de las giras de aniversarioEstopa fue otro de los grandes nombres del año, con una gira 25 aniversario que logró vender más de 376.805 entradas en 25 conciertos. Los hermanos Muñoz repasaron su repertorio de clásicos, atrayendo tanto a su público de siempre como a nuevas generaciones que descubrieron su música a través de plataformas digitales.
Robe también firmó una de las giras más exitosas del año, con 280.901 asistentes en 37 fechas. El exlíder de Extremoduro consiguió posicionarse como una de las grandes experiencias en vivo del año.

Más allá de estos tres grandes nombres, otros artistas españoles mantuvieron una gran presencia en la música en vivo durante 2024. Figuras como Pablo López y David Bisbal fueron otros de los artistas destacados del año. Hay que llegar hasta Rozalén para encontrar una mujer entre las más destacadas. Por su parte, la Gira ING OT23 fue la cuarta gira más exitosa del año.
En cuanto a las giras internacionales, los tres artistas que más entradas han venido son Bruce Springsteen (más de 275.000), Karol G (casi 220.000) y Luis Miguel (más de 203.000).
España, país de festivales: cifras récord y expansión del sectorLos festivales de música volvieron a confirmar su posición como un pilar fundamental de la industria del directo en España. En 2024, los grandes eventos registraron cifras de asistencia masivas, consolidándose como fenómenos culturales con una relevancia que trasciende lo musical. Festivales como Arenal Sound, Primavera Sound y Viña Rock volvieron a reunir a cientos de miles de asistentes, y su crecimiento generó un impacto directo en sectores como la hostelería, el turismo y el transporte.
El modelo de negocio de los festivales ha evolucionado significativamente en la última década. Lo que antes eran encuentros de nicho, dirigidos a públicos específicos, se han convertido en grandes marcas globales que atraen tanto a espectadores nacionales como internacionales.
En 2024, el 48,3% de la población en España acudió a un espectáculo de música en directo, según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales. De ellos, un 34% asistió a un concierto de música actual, confirmando que la música en vivo sigue siendo uno de los principales consumos culturales del país.

El liderazgo del sector de la música en vivo en España sigue concentrado en Madrid y Catalunya, que han sido las comunidades con mayor volumen de negocio en 2024. Madrid ha liderado la facturación con 185,3 millones de euros, seguida de Catalunya con 138,5 millones y Andalucía con 116,1 millones.
La fuerte concentración de la oferta en estas regiones ha generado un debate sobre la necesidad de descentralizar los eventos y ampliar la oferta de conciertos y festivales a otras comunidades. Si bien ciudades como Bilbao, Valencia o Sevilla han consolidado su presencia en el circuito de la música en vivo, la brecha entre los grandes polos de la industria y el resto del país sigue siendo notable.
La música en vivo, un sector en expansión con retos por delanteA pesar del crecimiento y la consolidación del sector, la música en vivo en España sigue enfrentando desafíos estructurales que necesitan ser abordados para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Uno de los principales problemas sigue siendo la regulación de la reventa de entradas, un fenómeno que ya afectó a miles de consumidores y que genera una brecha en el acceso a los conciertos y festivales. La proliferación de plataformas de reventa, muchas de ellas operando sin apenas regulación, disparó los precios de las entradas y generó un mercado paralelo que limita la accesibilidad a estos eventos.
Otro de los retos pendientes es la equidad de género en la programación de festivales. A pesar de que en los últimos años ha habido avances en la visibilización de artistas femeninas y en la inclusión de propuestas más diversas, los carteles de los grandes eventos siguen estando dominados mayoritariamente por hombres.
Además, el impacto ambiental de los macroeventos sigue siendo una preocupación creciente. El elevado consumo energético, la generación de residuos y la huella de carbono asociada al desplazamiento masivo de asistentes son cuestiones que la industria ha empezado a abordar con iniciativas de sostenibilidad, pero que requieren una mayor implicación por parte de promotores y administraciones para minimizar su impacto a largo plazo.