Según informa la BNE, todas sus obras pueden a partir de 2020 ser editadas, reproducidas y difundidas públicamente, en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual.
El proyecto de la BNE de identificación, estudio y digitalización de autores que entran en dominio público cada año surgió como un proyecto cooperativo, de forma que el listado está abierto a cualquier contribución, y este año incluye como novedad ComunidadBNE, que propone "identificación de lugar y año de nacimiento, ocupación y reseña biográfica del autor si se conoce".
Una obra que es de todosAdemás de obras del autor sevillano, en las colecciones de la BNE hay otras del maestro Rufino Carpena (Yecla, Murcia, 1860), el militar e historiador americanista Ángel de Altolaguirre y Duvale (1857, Sevilla), el abogado, novelista, dramaturgo y político Eduardo Barriobero y Herrán (1875, Torrecilla en Cameros, La Rioja); el escritor costumbrista Ciro Bayo (1859, Madrid), y el escritor Pere Corominas (1870, Barcelona).
También del poeta surrealista Agustín Espinosa (1897, Puerto de la Cruz, Tenerife), del poeta Fernán-Coronas (1884, Cadavedo, Asturias); las del historiador Lesmes Frías (1870); del pintor Juan José Gárate y Clavero (1870, Albalate del Arzobispo, Teruel); del aviador Joaquín García-Morato y Castaño (1904, Melilla); del geógrafo y militar Severo Gómez Núñez (1859), y del director de cine Armand Guerra (1886, Valencia).
Entre los 181 autores fallecidos en 1939, seleccionados y con colecciones en la BNE, están además el artista Raimundo Lanas (1908, Murillo el Fruto, Navarra), el teólogo y escritor Elpidio de Mier (1865, Sopeña, Cantabria), el periodista y traductor Tomás Orts Ramos (1866, Valencia), el científico veterinario Pedro Moyano y Moyano (1863, La Seca, Valladolid y el crítico de arte Ricardo de Orueta (1868, Málaga).