La UE supera el bloqueo de Alemania y pacta un tope al precio del gas

Acuerdo. Después de 12 reuniones de ministros de Energía en los últimos meses. Y 15 meses después de que el Gobierno español pidiera, por carta, un tope al precio del gas. Acuerdo con Alemania, pero a regañadientes, porque nunca vio con buenos ojos un mecanismo que, según Berlín, arriesga el suministro, algo que también ha trasladado Países Bajos. Y Alemania, como tiene dinero, está dispuesta a pagar más caro que los demás. Al final, Países Bajos se ha abstenido junto con Austria; Hungría ha votado en contra –siempre temerosa de desairar al Kremlin– y el resto, incluido Alemania, han votado a favor.

El caso es que este lunes, una semana después del penúltimo intento de los ministros de Energía en Bruselas, y tras haber pasado el asunto por los jefes de Estado y de Gobierno el pasado jueves, la mayoría de los países de la Unión Europea tenían un acuerdo estable, en el tope de 180 euros MW/h durante tres días hábiles en los que el precio en el TTF holandés esté, además, 35 euros por encima del precio internacional del gas natural licuado.

Pero las dudas de Berlín han hecho retrasar el acuerdo, porque el resto de países preferían el sí de Alemania a tener que llevarlo a una votación que Berlín tenía perdida. Al final, después de varias consultas al canciller alemán, el ministro de Energía, Robert Habeck, dio su visto bueno definitivo y no hizo falta derrotar a Alemania en una votación, algo que nadie quería en la sala.

La reunión de este lunes se produce después de que España y los países que defienden el tope al gas se plantaran en el Consejo de Energía del pasado 24 de noviembre, y se negaran a aprobar dos expedientes acordados –el impulso a las renovables con flexibilización de normas ambientales y las compras conjuntas de gas– para hacer aún más explícito su rechazo a la propuesta inicial de la Comisión Europea de tope al gas inaplicable: 275 euros MW/h durante dos semanas; cuando los precios en el TTF holandés sean 58 euros más altos que el precio de referencia internacional del gas natural licuado durante 10 días hábiles consecutivos dentro de dos semanas.

Desde entonces, la presidencia checa ha ido trasladando propuestas –220 euros; 200 y 188– hasta la definitiva de los 180 euros, lo que, de paso, ha desbloqueado los expedientes acordados en noviembre para acelerar las inversiones en renovables, las compras conjuntas y los mecanismos internos de solidaridad entre países.