La reorganización del Banco de España tras la llegada del ex ministro José Luis Escrivá ya ha comenzado. Este martes, el Consejo de Ministros ha nombrado, a propuesta del nuevo gobernador, a Soledad Núñez como subgobernadora, en sustitución de Margarita Delgado, cuyo mandato expira este miércoles.

La economista, nacida en Badajoz en 1957, tiene una larga trayectoria en la 'casa', en distintas etapas. Actualmente es consejera del supervisor bancario y participa en la comisión ejecutiva, tras pasar por diversos cargos en la institución monetaria. También fue directora general en la Oficina Económica de Moncloa entre 2004 y 2005, con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Después, pasó a la dirección general del Tesoro, hasta 2011.

Escrivá y el Ejecutivo han decidido este nombramiento sin consenso con el Partido Popular (PP), después de que se rompieran las negociaciones ante la negativa de los populares a aceptar al exministro de Transformación Digital y de la Seguridad Social como gobernador, y rechazar también un acuerdo más amplio sobre otros cargos económicos que deben renovarse.

Es la segunda vez que se rompe la 'costumbre' de un pacto entre el Gobierno y el principal partido de la oposición en las sucesiones en la cúpula del Banco de España. La anterior excepción en democracia ocurrió también con un gobierno socialista. Precisamente cuando Zapatero nombró a Miguel Ángel Fernández Ordóñez como gobernador, en 2006.

Entonces, el PP también se opuso a la elección del que había ejercido como secretario de Estado con Pedro Solbes en el Ministerio de Economía, hasta que fue nombrado consejero del supervisor bancario, como paso previo a su designación poco después al frente del organismo. Fernández Ordóñez, que ya había sido alto cargo con Felipe González, eligió entonces como número dos a José María Viñals, un economista con una amplia experiencia y prestigio en la 'casa' que no había desempeñado cargos políticos.

El PP criticó en aquella época “la ruptura” de un consenso que había sido “ejemplar” hasta entonces. Pero lo cierto es que hay más ejemplos de tensiones en la renovación de la cúpula del Banco de España. En 2018, el Gobierno de Mariano Rajoy nombró gobernador al antecesor de Escrivá, Pablo Hernández de Cos, sin haber concluido el mandato del entonces gobernador y coincidiendo con la moción de censura que llevaría a Pedro Sánchez a la Moncloa.

En esta ocasión, la principal crítica de los populares es “la politización” de una institución que se encarga de la supervisión bancaria y que interviene en la política monetaria europea y que en teoría debe ser “independiente” del poder político.

Sin embargo, el salto de los consejos de ministros a los bancos centrales es común en la eurozona. Un ejemplo en nuestro país fue la elección del exministro del PP Luis de Guindos como vicepresidente del BCE. En Portugal, también Mário Centeno pasó de ministro a gobernador del banco central luso en cuestión de semanas en 2020, por citar un ejemplo muy cercano en el tiempo y la geografía.

La nueva subgobernadora, Soledad Núñez, se licenció en Economía en la Universidad Complutense (UCM) y siguió los pasos de su padre, quien llegó a ser subdirector de la inspección del Banco de España, hasta que murió en 1982. Su hermana, Susana Núñez, también ha hecho carrera en el supervisor, hasta ser nombrada directora del departamento de pagos en el 2000.

Soledad Núñez ya estuvo a punto de ser nombrada subgobernadora en 2012, con Luis María Linde como gobernador, aunque la decisión se frustró en el último momento. En 2004, había pasado por la Oficina Económica del presidente del Gobierno, a la que llegó de la mano de Miguel Sebastián, una de las principales influencias económicas de Zapatero y responsable de ese departamento que luego dirigiría Javier Vallés, marido de Soledad Núñez.

Esta asumió en 2005 el mando del Tesoro, hasta la caída de los gobiernos socialistas en 2011, en plena crisis de deuda en la eurozona. Antes, en 2006, había llegado a sonar incluso como gobernadora del Banco de España.

La sustituta de Núñez en la comisión ejecutiva de la institución monetaria será Lucía Rodríguez, hasta ahora subdirectora general de endeudamiento público en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que presidió Escrivá desde su creación en 2014 (por elección del PP) hasta que fue nombrado ministro en 2020 en el primer Gobierno de coalición de Pedro Sánchez. El otro consejero del Banco de España que quedaba por nombrar será Jordi Pons, pactado con los partidos catalanes, como dicta la 'costumbre' en las renovaciones de la institución.