El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, afirmó durante una conversación telefónica con el presidente de EE.UU., Donald Trump, que su país tiene la "voluntad y capacidad" para afrontar el ataque de hoy por parte de los hutíes yemeníes contra dos refinerías de Aramco.
Según un comunicado del Ministerio de Exteriores saudí difundido en su cuenta de Twitter, el príncipe le trasladó a Trump que cuentan con "la voluntad y la capacidad para afrontar y tratar esta agresión terrorista".
Por su parte, el dirigente estadounidense se mostró dispuesto a colaborar con Riad en "todo" aquello que ayude a su seguridad y estabilidad, al tiempo que confirmó el impacto de los ataques de esta mañana en la economía de Estados Unidos y el mundo.
Los rebeldes hutíes del Yemen lanzaron hoy un ataque con diez aviones no tripulados contra dos refinerías de la petrolera estatal saudí en el este de ese país árabe, donde causaron sendos incendios.
Por su parte, una fuente del Ministerio de Interior saudí citada por la agencia oficial del reino, SPA, confirmó poco después que los equipos encargados de la seguridad de Aramco habían extinguido dos fuegos en dos laboratorios.
Este es el segundo ataque de envergadura de los rebeldes yemeníes en menos de un mes contra instalaciones de Aramco, al que las agencias crediticias Moody's y Fitch consideran la empresa con más ganancias del mundo, con un beneficio neto que estimaron en 111.100 millones de dólares en 2018.
Los ataques con drones a aeropuertos y objetivos militares y petroleros saudíes son comunes desde las filas rebeldes, y en las últimas semanas se han producido casi diariamente, si bien no suelen tener un impacto tan grande como el de hoy.
El conflicto yemení estalló a finales de 2014 cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudí.
Riad y sus aliados árabes intervienen militarmente en el conflicto desde marzo de 2015 para tratar de derrotar a los hutíes, apoyados por Irán, y restituir al dirigente exiliado.