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El dilema del voto en EEUU ante un bipartidismo facilitador del genocidio en Gaza

El dilema del voto en EEUU ante un bipartidismo facilitador del genocidio en Gaza

Israel ha matado a otros tres periodistas esta semana, a niños, mujeres y personal médico, mientras la campaña electoral demócrata en EEUU presenta su apoyo a las políticas israelíes como un mal menor frente a Trump

Israel continúa con sus ataques militares y el bloqueo de ayuda humanitaria en el norte de Gaza, donde cientos de personas han muerto en las últimas dos semanas, y donde miles sufren hambre, enfermedades y desplazamientos forzados. Las imágenes que muestran a familias palestinas caminando en masa hacia el sur, sin apenas equipaje, son comparadas con las de la Nakba, la expulsión masiva de población palestina en los años 1947 y 1948.

El terror en el norte de Gaza

La supervivencia en el norte de la Franja es cada día más difícil. En Israel nadie ignora la existencia del llamado Plan del General, en referencia al exgeneral Giora Eiland, quien propuso un vaciado del norte de Gaza a través de bombardeos, asedios a hospitales y bloqueo de la entrada de productos de primera necesidad. El Gobierno de Netanyahu niega que lo esté implementando, pero los hechos muestran la puesta en práctica de una parte de sus planteamientos. Varias agencias de Naciones Unidas denuncian la dificultad para hacer llegar la ayuda, los obstáculos impuestos por las fuerzas israelíes y la provocación de un contexto de hambre.

Algunos ataques israelíes son especialmente violentos, como el lanzado esta semana en Khan Younis, donde al menos 38 personas murieron, la mayoría niños y mujeres. Varias fotografías muestran una hilera de cadáveres de niños, víctimas mortales de esa masacre.

El Ejército israelí ha acusado a seis periodistas de Gaza de ser de Hamás, lo que implica en sí mismo una amenaza de muerte

Israel pone en la diana a seis periodistas

Esta semana el Ejército israelí publicó un documento con los nombres y las fotografías de seis reporteros que trabajan en Gaza, acusándolos de ser de Hamás, lo que implica en sí mismo una amenaza de muerte. El Comité Internacional para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, ha denunciado este hecho y ha recordado que no es la primera vez que las fuerzas israelíes emiten acusaciones similares contra otros reporteros, sin presentar pruebas creíbles. Desde octubre del año pasado hasta hoy Israel ha matado a al menos 130 periodistas en Gaza, la cifra más alta en la historia de todos los conflictos, desde que se contabilizan las muertes.

La colocación en la diana de estos seis compañeros de profesión ha despertado pocas muestras de solidaridad en el primer mundo. No solo eso: varios medios de comunicación europeos -incluido alguno español- han reproducido sin pestañear la propaganda israelí, afirmando que son de Hamás y, con ello, justificando un potencial asesinato. “Estos seis palestinos están entre los últimos periodistas que sobreviven a la masacre de Israel en Gaza. Declarar que son terroristas suena como una sentencia de muerte”, ha denunciado la relatora especial de la ONU para los territorios ocupados palestinos, Francesca Albanese.

Indiferencia ante el asesinato de otros tres periodistas

Los principios que rigen el periodismo se basan en la defensa de la libertad de información y de la protección de los informadores en cualquier lugar del mundo. Pero parece que Palestina no es cualquier lugar del mundo. La aceptación de este marco de impunidad empuja a un nuevo escenario en el que la prensa será más vulnerable a nivel global, con la contribución del silencio y la complicidad de una parte importante del periodismo occidental.

También ha pasado demasiado desapercibido el ataque israelí que esta semana mató a tres periodistas en el sur de Líbano, mientras dormían. Los tres habían proporcionado sus coordenadas a las fuerzas de paz de la ONU que operan en la zona, pero no sirvió de nada. Tel Aviv señaló que las tres víctimas mortales trabajaban en medios de comunicación afines a Hezbolá, como si eso justificara su asesinato.

El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, siempre entregado a la causa israelí, estuvo esta semana de nuevo en la región y la prensa le preguntó por lo ocurrido: “Se han perdido demasiadas vidas de periodistas”, contestó. Desconocemos qué cifra considera Blinken que hay que traspasar para que sean demasiadas las muertes de periodistas. ¿A partir de setenta periodistas muertos son demasiados? ¿O es a partir de cien? En su relato tampoco aparece la causa de esa “pérdida”. Se han perdido, sin más.

El periodista israelí Gideon Levy ha contestado así al Secretario de Estado estadounidense, en un texto publicado en sus redes sociales: “No, señor Blinken, los periodistas fueron asesinados por el Ejército israelí. Sus vidas no fueron arrebatadas por Dios o por el destino, fueron arrebatadas por el Ejército israelí que usted apoya, financia y arma”.

Harris estrecha la mano de Trump en un debate presidencial del pasado mes de septiembre Harris estrecha la mano de Trump en un debate presidencial del pasado mes de septiembre Gaza en la campaña electoral de EEUU

Este hecho subrayado por Levy -el gran apoyo de Washington a Israel- es el gran elefante en la habitación del que pocos hablan en EEUU, pero que condiciona buena parte de la campaña electoral, ya en su recta final. Las encuestas muestran un escaso margen de diferencia entre la candidata demócrata, Kamala Harris, y el republicano Donald Trump. Harris se ha negado a diferenciarse de las políticas de Biden hacia Israel, las ha apoyado públicamente y, de hecho, ha sido un elemento activo de las mismas como vicepresidenta, recaudando apoyos para el voto en el Congreso en favor de más envíos de ayuda militar a Israel.

Esta semana, en una entrevista en la CNN, cuando el periodista Anderson Cooper preguntó a Harris qué diría a los ciudadanos demócratas que no van a votarla por su posición ante Gaza, ella respondió lo siguiente:

“No voy a negar los sentimientos intensos que tiene la gente, no creo que haya nadie que, viendo las imágenes, no tenga fuertes sentimientos sobre lo que ocurre, y menos aún aquellos que tienen familiares que han muerto, a los que han matado, y yo conozco a gente, he hablado con ellos. Así que aprecio esto. Pero también sé que muchas personas que se preocupan por esto también se preocupan por la necesidad de que baje el precio de los alimentos. También se preocupan por nuestra democracia y por no tener un presidente de EEUU que admira a dictadores y que es un fascista”. 

Su enunciado describe bien la situación de los ciudadanos demócratas estadounidenses preocupados por Gaza, atrapados por un voto que puede evitar el triunfo de Trump, pero que supone dar un espaldarazo a políticas que facilitan el genocidio en Gaza. Este es el dilema que plantean estas elecciones y que ofrece un retrato gráfico del Estados Unidos actual.

En un país con un bipartidismo muy marcado, las dos grandes opciones -republicanos y demócratas- llevan décadas facilitando la ocupación ilegal israelí, el apartheid contra la población palestina y ahora el genocidio en Gaza. Ambas reciben grandes donaciones de lobbies proisraelíes, en una democracia condicionada enormemente por las corporaciones que entregan dinero a los partidos.

Existen otros candidatos, que obtendrán porcentajes muy bajos de apoyo en las urnas, pero que podrían hacer perder votos a Harris en estados clave. Algunos, como Jill Stein -del Partido Verde- o Cornel West -independiente-, denuncian el apoyo activo de EEUU a Israel y se han manifestado públicamente contra las masacres en Gaza y el envío de ayuda militar estadounidense al Ejército israelí.

La ensayista Naomi Klein, en una entrevista en Democracy Now, explicaba esta semana el dilema que se presenta para los votantes que entienden las dimensiones y repercusiones de lo que ocurre en Gaza:

“No soy una fanática de la campaña de Harris, ni de las decisiones que tomó. Creo que está llevando a cabo una campaña extremadamente arriesgada y peligrosa, porque está tratando de ganar sin las bases. Y está enviando un mensaje a esas bases: ”Lo siento, estoy más interesada en Liz Cheney y Dick Cheney, y en conseguir votos republicanos que en escuchar a los palestinos, a los musulmanes, a los árabes, a la izquierda en general, a las fuerzas pacifistas“. Ella nos ha dicho que somos irrelevantes y Trump nos dice que nos va a acorralar. Nadie querría estas elecciones, pero tenemos que ser inteligentes”.

Este es el marco electoral en EEUU en 2024. Gane quien gane, la Casa Blanca tendrá un presidente que habrá contribuido a facilitar la ocupación ilegal israelí y el genocidio en Gaza.

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