La Administración Federal de Aviación sufre un grave déficit de controladores aéreos y una investigación revela que los incidentes en los que dos aeronaves están a punto de colisionar son más comunes de lo que se pensaba
“Creemos que no hay supervivientes”: un avión con 60 personas se estrella tras chocar con un helicóptero militar en Washington DC
El último accidente aéreo con grandes víctimas mortales en EEUU ocurrió hace 16 años.
Sin embargo, los expertos en el país llevan años advirtiendo sobre un sistema de seguridad aérea muy tensionado. Una investigación del New York Times de 2023 analizando en bases de datos informes de incidentes aéreos reveló que los casos en que aviones de pasajeros estuvieron a punto de colisionar fueron mucho más frecuentes de lo que se pensaba.
En julio de 2023, por ejemplo, el periódico estadounidense registró 46 incidentes en los que dos aeronaves estuvieron demasiado cerca o a punto de chocar. Durante el periodo de 12 meses anterior a la investigación se produjeron 300 incidentes, casi uno diario. Algunos de estos incidentes fueron descritos por la Administración Federal de Aviación (FAA) como “piel con piel” y en los que las aeronaves estuvieron a punto de colisionar durante un despegue o aterrizaje. Tras uno de esos episodios, uno de los pilotos escribió: “Esto me ha abierto los ojos sobre cómo puede ocurrir el próximo accidente aéreo”.
Este miércoles, un avión de pasajeros con 60 personas a bordo y un helicóptero militar Black Hawk con otras cuatro personas colisionaron sobre el río en Washington, muy cerca del aeropuerto Ronald Reagan, y no se esperan supervivientes. Los servicios de emergencia han sacado decenas de cadáveres del agua. El helicóptero estaba haciendo un vuelo nocturno anual de formación. Y solamente había un controlador aéreo en la torre de control en lugar de dos, como es habitual, según un informe interno preliminar revelado por el New York Times.
El Aeropuerto Nacional Ronald Reagan opera en un espacio complejo con muchos vuelos domésticos, aviones militares y helicópteros. La zona tiene tres aeropuertos y varias bases militares cercanas. Según los datos de FAA, en 2024 se produjeron en este aeropuerto al menos ocho incidentes cerca de acabar en colisiones. Además, los congresistas llevan años presionando para ampliar la actividad del aeropuerto con más vuelos locales. En 2024, el Congreso aprobó cinco nuevos vuelos y en 2023 decenas de legisladores pidieron 28 vuelos diarios más. La FAA había advertido que añadir trayectos al aeropuerto pondría el sistema en tensión, según informa The New York Times.
Además de la alta actividad del aeropuerto, el 90% de los vuelos utilizan la pista principal, ya que el resto son demasiado cortas. Eso convierte la pista en la de mayor actividad de todo el país, con más de 800 despegues y aterrizajes diarios, lo que representa un aterrizaje o despegue cada menos de dos minutos durante las 24 horas del día, según Reuters.
El año pasado, otro avión de American Airlines que había recibido autorización para despegar estuvo a punto de colisionar cerca del aeropuerto con un avión King Air que había sido autorizado a aterrizar en una pista cercana. Menos de dos meses antes, otros dos aviones estuvieron a punto de chocar en el mismo aeropuerto.
Según datos oficiales, en los tres primeros meses de 2024, el ratio de incidentes graves en los que dos aviones están a punto de colisionar se redujo un 59% —solo se cuentan los casos más graves, que normalmente oscilan los 20 al año—. Sin embargo, comparado con 2014, el ratio total de incidentes, contando de los más a menos graves, ha aumentado.
De la huelga a la escasez de controladoresEEUU lleva sufriendo durante años un déficit de controladores aéreos. Un informe independiente encargado por el Gobierno sobre la seguridad aérea concluyó en noviembre de 2023 la existencia de “modelos inadecuados de personal de controladores aéreos y operaciones técnicas e importantes límites presupuestarios”.
Además de la fatiga por el exceso de carga laboral y los riesgos que eso supone, el informe explica también que la escasez de controladores “resulta en supervisores de operaciones trabajando en posiciones de control”. “Cuando los supervisores se ven obligados a gestionar el tráfico en lugar de llevar a cabo labores de vigilancia, se pierde un sistema crítico de redundancia”, añade el informe. Aunque se ha cumplido el objetivo de contrataciones (1.500 en 2023 y 1.800 en 2024), esas cifras “no satisfacen adecuadamente las necesidades”, sostiene el informe, que añade, además, que la academia es un “cuello de botella que debilita la capacidad de proporcionar un número suficiente de candidatos para convertirse en controladores aéreos”.
Una de las causas principales de la escasez de controladores aéreos en EEUU se debe a la huelga que hicieron hace más de 40 años, explica el informe. El Gobierno de Ronald Reagan sustituyó a miles de los controladores en huelga, lo que provocó un aumento de las contrataciones que, a su vez, desencadenó una ola de jubilaciones entre 2005 y 2007 superior al ritmo de contrataciones. Como ejemplo, el informe concluye que en agosto de 2023 había 1.002 controladores menos que en agosto de 2012 “a pesar de la creciente complejidad de las operaciones” en este periodo. “La FAA ha hecho esfuerzos limitados para asegurar un nivel adecuado en el número de controladores”.
Según las grabaciones del accidente de este miércoles, los controladores lanzan un mensaje al helicóptero: “¿Tienen al CRJ a la vista?”. El CRJ es el avión de pasajeros accidentado. En la grabación no se escucha la respuesta, probablemente porque entra por otra frecuencia. “Pasa por detrás”, indican entonces desde la torre de control. El secretario de Transporte de EEUU ha señalado este miércoles que no parece que haya habido ningún fallo en las comunicaciones entre las aeronaves y los controladores.
James Fallows, periodista experto en aviación explica que este tipo de instrucciones son muy comunes en aeropuertos con mucha actividad. El controlador primero pregunta si tiene contacto visual con otra nave y, cuando recibe confirmación, ordena pasar por detrás o mantener la distancia. “En este momento no sabemos por qué el avión militar se interpuso en la trayectoria del avión”, ha señalado el CEO de American Airlines.
El presidente Donald Trump ha culpado del accidente a los demócratas y a las políticas de diversidad e inclusión. De hecho, este mismo jueves ha firmado dos nuevas órdenes ejecutivas relacionadas con la aviación. En una rueda de prensa en el Despacho Oval, Trump ha confirmado la nominación de Chris Rocheleau como nuevo administrador en funciones de la FAA así como la aprobación de un memorando presidencial para hacer una evaluación sobre la seguridad de la aviación y los “efectos” de la política de diversidad de gobierno de Biden.
Sin embargo, en su segundo día en el cargo, el presidente ordenó el desmantelamiento del Comité Asesor de Seguridad de Aviación. Esta decisión “tiene el potencial de socavar todo lo que había hecho de la seguridad aérea estadounidense la maravilla del mundo. Fue una iniciativa de colaboración, combinó instituciones públicas, privadas, militares, civiles, académicas y de otro tipo para poner en común conocimientos y evitó culpar a nadie, pero se centró sin descanso en las lecciones aprendidas”, señala Fallows.
“Destruir esta institución probablemente no cambiará nada esta semana. O este mes. O incluso este año. Pero a largo plazo, algún día, será parte de una erosión de la seguridad y parte de la destrucción irreflexiva de las instituciones que han hecho que la modernidad sea tan segura como es”, dice el experto. “Esta orden no ha sido parte en la tragedia de este miércoles, pero a menos que se revierta, será parte de tragedias en el futuro”.