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Trump amenaza con más recortes a 60 universidades por "acoso antisemita"

Trump amenaza con más recortes a 60 universidades por

El presidente de EEUU da una nueva estocada al derecho de protesta en los campus del país y pone en el punto de mira al movimiento propalestino tras las medidas ejemplarizantes contra la Universidad de Columbia

Trump presume del arresto por agentes de migración de un activista propalestino en la Universidad de Columbia: “Es solo el primero”

La campaña de persecución contra el derecho de protesta y el movimiento propalestino continúa en Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump envió el lunes por la noche una carta a 60 universidades, públicas y privadas, amenazándolas con cortar fondos federales si no toman medidas para proteger a los estudiantes judíos.

Se les acusa de haber permitido un supuesto “acoso antisemita y discriminación” contra los estudiantes judíos en las manifestaciones propalestinas del año pasado. 

La amenaza llega después de que la administración haya tomado medidas ejemplarizantes contra la Universidad de Columbia por las protestas propalestinas de 2024: canceló 400 millones de dólares en subvenciones y ha detenido al estudiante palestino Mahmoud Khalil por su papel en aquellas movilizaciones. A pesar de residir legalmente en el país, Khalil fue arrestado por agentes de inmigración y corre el riesgo de ser deportado.

El documento ha sido emitido por la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación y, según informa el organismo, ha sido enviado a todos aquellos centros que están siendo investigados por posibles violaciones del Título VI de la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe la discriminación por motivos de raza, color y origen nacional en programas y actividades que reciben asistencia financiera federal. 

El departamento, ahora liderado por Linda McMahon, advierte de “potenciales acciones coercitivas” contra las instituciones educativas superiores si no garantizan la seguridad de los estudiantes judíos, lo que incluye garantizar el “acceso ininterrumpido a las instalaciones del campus y a las oportunidades educativas”.

En el comunicado de la Oficina de Derechos Civiles, McMahon también expresa su preocupación por un supuesto ambiente hostil en torno a los alumnos judíos. “El Departamento está profundamente decepcionado por que los estudiantes judíos que estudian en las universidades de élite de EEUU sigan temiendo por su seguridad ante las constantes erupciones antisemitas que han interrumpido gravemente la vida universitaria durante más de un año. Los líderes universitarios deben hacer mejor las cosas”, expone McMahon. Una profesora de Columbia explicaba a elDiario.es que la detención sin precedentes del Khalil ha sembrado el miedo en los otros estudiantes internacionales implicados en las protestas propalestinas y que esto está afectando al funcionamiento normal de las clases. Ya se han empezado a ofrecer las lecciones vía telemática para protegerlos de posibles arrestos de camino a la universidad. 

Aun así, la administración Trump sigue insistiendo en crear un relato al respecto de una supuesta campaña de miedo contra los estudiantes judíos por las protestas de hace casi un año. La Universidad de Columbia fue el corazón de las acampadas que se extendieron por todo el país en contra la guerra de Gaza. En las movilizaciones también participaron estudiantes judíos, a pesar de las acusaciones de antisemitismo por parte de los republicanos. McMahon considera que no se está haciendo lo suficiente para acabar con este supuesto hostigamiento, pese a que las rectoras de Harvard, Pennsylvania y Columbia acabaron dimitiendo después de ser interrogadas ante el Comité de Educación que lidera la republicana Virginia Foxx. Foxx siempre ha tenido en el punto de mira a las universidades de élite (en inglés conocidas como la Ivy League), así como las políticas de diversidad, equidad e igualdad (DEI). 

La nueva administración está liderando una campaña de acoso que va más allá del movimiento propalestino y que también pretende erosionar el derecho de protesta en los campus y la libertad de cátedra. El año pasado los republicanos lanzaron una dura campaña contra las manifestaciones propalestinas, tachándolas de “antisemitas”. Una postura a la que, con la boca pequeña, también se acabó sumando la administración del entonces presidente Joe Bien, cuya popularidad estaba en caída debido a las movilizaciones. 

Las constantes críticas y acusaciones lograron que el derecho a la protesta, algo que siempre se había dado por hecho en los centros universitarios, volviera a ser una cuestión debatible. Roto el consenso, los republicanos no han hecho más que incrementar sus ataques contra todas aquellas expresiones que no se alineen con su agenda. A finales de enero, Trump también firmó una orden ejecutiva dirigida a combatir el antisemitismo en los campus universitarios.

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