Cuatro mujeres plantearon este martes ante el Tribunal Superior de Londres una demanda civil por daños y perjuicios contra el influencer Andrew Tate, al que acusan de delitos de violación, control coercitivo y agresión sexual entre 2013 y 2015.

El tribunal escuchó la exposición de las partes en la primera de varias audiencias preliminares, que se espera que culminen en un juicio a principios de 2027.

Las demandantes impulsaron su proceso civil después de que la Fiscalía británica descartara en 2019 presentar cargos penales y piden una indemnización económica por los delitos, que Tate niega.

El caso se refiere a incidentes que, según ellas, ocurrieron en las localidades inglesas de Luton y Hitchin.

De acuerdo con la denuncia, dos de las demandantes trabajaron para el negocio de cámaras web de contenido sexual de Tate en 2015, mientras que las otras dos mantuvieron una relación con él entre 2013 y 2014.

Tras la vista judicial, su abogado, Matthew Jury, del bufete McCue Jury & Partners, dijo que la fecha del juicio “no es tan pronto” como les gustaría, pero celebró que salga adelante.

“En este momento, estos son los únicos procedimientos en curso en los que Andrew Tate rendirá cuentas ante la justicia. La fiscalía rumana parece haberse desmoronado y el Gobierno del Reino Unido no está haciendo nada para solicitar su extradición desde el extranjero”, declaró.

Andrew Tate, famoso por sus intervenciones misóginas y machistas en las redes sociales, y su hermano Tristan viajaron el 1 de abril a Dubái, después de cumplir con los requisitos de control judicial en Rumanía, donde son investigados por violación, trata de personas y crimen organizado.

Ambos hermanos regresaron a Bucarest desde Estados Unidos a finales de marzo para presentarse ante las autoridades, que ahora les permiten firmar la supervisión cada dos meses.

Se supone que ambos deben ser extraditados al Reino Unido una vez concluya el proceso rumano, después de que la Policía del condado inglés de Bedfordshire emitiera una orden internacional de arresto por las denuncias de violación y tráfico de personas entre 2012 y 2015 presentadas por varias mujeres en un caso separado del tramitado hoy ante el Tribunal Superior.

En paralelo, Andrew Tate afronta una denuncia en Los Ángeles (EE.UU.) de su exnovia Brianna Stern, que lo acusa de agresión sexual, maltrato y violencia de género.