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Las condiciones de la libertad de prensa mejoran en España pero son “malas” en la mitad de los países del mundo

Las condiciones de la libertad de prensa mejoran en España pero son “malas” en la mitad de los países del mundo

Según la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por Reporteros sin Fronteras, el deterioro económico de los medios está erosionando la libertad de prensa en todos los países

Los indicadores políticos, socioculturales y de seguridad de los periodistas en 2024 analizados por Reporteros sin Fronteras (RsF) en su última Clasificación Mundial sobre la libertad de prensa a nivel mundial sitúan a España en el puesto 23 de la lista, el mejor resultado de su historia.

A nivel global, la organización alerta de que las condiciones para ejercer el periodismo son “malas” en la mitad de los países del mundo y señala la situación económica de los medios de comunicación como el factor clave que impide su independencia.

España ha escalado siete puestos en la reconocida clasificación de RsF, que incluye 180 países y territorios, por lo que se sitúa entre el 15% de los países del mundo con mejores condiciones para el ejercicio del periodismo. Según la ONG internacional, este avance no sólo se debe a un mejor desempeño en varios de los indicadores analizados, sino “al grave deterioro que sufre la libertad de prensa en todo el mundo desde hace años y que en 2025 coloca, por primera vez, a la mayoría de países del planeta en una situación difícil”.

RsF considera que el clima político ha mejorado en España, cuyo indicador ha subido 3,5 puntos y se sitúa en el puesto 26 de la clasificación. Un aumento que se explica por la menor tensión que experimentaron los profesionales de la información el año pasado respecto a 2023, un año con tres citas electorales y numerosas manifestaciones. Este hecho también explica el avance del indicador que mide la seguridad de los periodistas, que asciende 1,4 puntos e impulsa una subida del puesto 33 al 28 en este apartado.

Por otro lado, “menos escandalosas que las agresiones a las reporteras y reporteros, que este año bajan en España, las presiones legales y judiciales siguen siendo una vulneración al alza en nuestro país”, alerta RsF. A todo ello se suma una notable mejora del indicador sociocultural, que pasa del puesto 30 al 20 y sitúa a España entre los 20 países mejores del mundo para ejercer el periodismo por las escasas presiones de género, etnia, clase o religión y por la práctica ausencia de temas tabú en las coberturas, sostienen desde la organización.

La precariedad se cronifica en el periodismo español

Sin embargo, RsF considera que el deterioro económico de los medios está erosionando la libertad de prensa en todo el mundo y el auge de las plataformas digitales, la concentración del sector, la precariedad laboral o la discrecionalidad y opacidad de la publicidad institucional son factores que amenazan la sostenibilidad del periodismo.

En este sentido, el indicador económico ha lastrado tradicionalmente la posición de España en la Clasificación Mundial de RsF. En 2024, sube algo más de un punto –especialmente por el abrupto descenso de otros países–, pero “sigue siendo, de lejos, el peor cualificado de los cinco que conforman la evaluación y acumula varios años en valores inferiores a los 60 puntos sobre 100”, reseña RsF en su informe.

Esta situación de precariedad cronificada ha sido tildada de “intolerable” por la vicepresidenta de RsF España, Edith Rodríguez Cabrera, quien considera que “un periodista precario es siempre un periodista más vulnerable a las presiones y la autocensura”. Desde su punto de vista, “es hora de que el sector entienda que generar información de calidad y dispensar a los periodistas garantías laborales es la única salida a la crisis de modelo que vivimos”.

España desciende tres puestos por el indicador que mide el contexto legal en el que se ejerce el periodismo, del 14 al 17. Esto ocurre por “la eterna demora” en la derogación de los artículos más polémicos de la Ley Mordaza y de los llamados “delitos de opinión”, como los de ofensa a los sentimientos religiosos y de injurias a la Corona. RsF señala que este indicador también se ve lastrado por el cambio de mayorías parlamentarias decretado por el Gobierno para reformar la elección de la presidencia y el consejo de administración del ente público RTVE. Según defienden, contraviene el espíritu del Reglamento Europeo de Libertad de Medios, con el que el Ejecutivo se ha comprometido repetidamente.

A mayor dependencia económica, menor independencia

A nivel general, RsF asegura que el debilitamiento de los medios constituye una de las principales amenazas para la libertad de prensa. Las presiones económicas representan un obstáculo de primer orden: “El indicador económico de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa sigue cayendo en 2025 y alcanza un nivel crítico sin precedentes. Como consecuencia, y por primera vez en la historia del ránking, la situación de la libertad de prensa se vuelve 'difícil' a escala mundial”.

La débil situación económica de los medios, auspiciada por la concentración de la propiedad, presiones de los anunciantes o de los accionistas o la asignación opaca de ayudas públicas, hace que los medios se encuentran actualmente atrapados entre la garantía de su independencia y su supervivencia financiera, según arrojan los resultados del informe de RsF.

La directora editorial de la organización, Anne Bocandé, enfatiza que “sin independencia financiera, no hay prensa libre”, ya que “cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan”.

Los datos lo atestiguan: en 160 de los 180 países estudiados, los medios de comunicación no logran alcanzar la estabilidad financiera y en casi un tercio de los países el cierre de medios es constante por la persistencia de las dificultades económicas. Así pues, 34 países del índice destacan por los cierres masivos de medios, que a su vez han disparado el exilio de periodistas en los últimos años. Este es especialmente el caso de Nicaragua, pero también de Bielorrusia, Irán, Birmania, Sudán, Azerbaiyán o Afganistán, donde a las dificultades económicas se suman las presiones políticas.

Desde RsF subrayan que la situación en Palestina es “desastrosa”. En el caso concreto de Gaza, indican que esto sucede como consecuencia del “bloqueo total impuesto desde hace más de 18 meses por el Ejército israelí, que ha destruido redacciones y matado a cerca de 200 periodistas”. Además, en Haití, la inestabilidad política “sumerge también en el caos” a la economía de los medios.

Trump y su cruzada contra los medios

Estados Unidos es el peor situado en el aspecto económico, ya que su indicador económico ha perdido más de 14 puntos en apenas dos años, por lo que “regiones extensas se están convirtiendo en desiertos informativos”, según RsF. Más del 60% de los periodistas y expertos en medios encuestados por RsF en Arizona, Florida, Nevada y Pensilvania coinciden en que es “difícil ganarse la vida como periodista” y el 75 % afirma que “la viabilidad económica de un medio de tamaño mediano es compleja”. Además, el descenso de 28 puestos en el indicador social del país revela que el entorno global de los medios es cada vez más hostil para la prensa.

La organización internacional destaca que el segundo mandato de Donald Trump ha agravado esta situación, instrumentalizando motivos económicos falaces para someter a la prensa, como ilustra el cese de la financiación por parte de la Agencia de EEUU para los Medios de Comunicación Globales (USAGM) a Voice of America y Radio Free Europe/Radio Liberty, entre otros. “Más de 400 millones de personas en todo el mundo se han visto privadas, de la noche a la mañana, de acceso a una información fiable”, denuncia RsF.

A nivel general, en 2025 se ha cruzado una nueva línea roja: la puntuación media de todos los países evaluados ha caído por debajo de los 55 puntos, el límite marcado para calificar la situación de la libertad de prensa como “difícil”. Más de seis de cada diez países (112 en total) registran retrocesos en la clasificación, y, por primera vez en su historia, las condiciones para el ejercicio del periodismo son “malas” en la mitad de los países del mundo y “satisfactorias” en menos de uno de cada cuatro.

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