Al menos 13 personas, entre ellas tres menores, resultaron heridos anoche en un presunto ataque con drones de las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, sobre la base aérea de Maitiga, único aeropuerto civil en funcionamiento en Trípoli.
Fuentes de Seguridad vinculadas al gobierno reconocido por la ONU en la capital (GNA) explicaron a Efe que el bombardeo coincidió con el aterrizaje de un avión de una compañía libia en el que viajaban numerosos peregrinos musulmanes procedentes de la ciudad saudí de Yeda.
"Tres menores debieron ser trasladados al hospital. También una decena de peregrinos que esperaba en la sala de espera interior", agregó la fuente, que responsabilizó al llamado Ejército Nacional Libio (LNA), la milicia que lidera Hafter con apoyo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Francia.
Hafter, que domina cerca del 70 % del territorio libio, puso cerco a la capital libia el pasado 4 de abril, coincidiendo con la visita oficial del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional y la Unión Europea (UE), que apoya al GNA.
Desde entonces, los combates han acabado con la vida de más de medio millar de personas, causado heridas a más de 5.000 y obligado a más de 25.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.
Los enfrentamientos, concentrados desde hace días en las localidades de Marzuq y Gharyan, en el sur de la capital, han afectado también gravemente a los miles de migrantes que se encuentran hacinados en centros de detención gobernados por milicias afines al GNA.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde el fallido plan de paz de la ONU de 2015 tiene dos gobiernos, uno reconocido por la comunidad internacional e impuesto en Trípoli, y otro bajo tutela de Hafter, un ex miembro de la cúpula gadafista que en los años ochenta fue reclutado por la CIA y se convirtió en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio.
El GNA cuenta, asimismo, con el apoyo de la ciudad-estado de Misrata, enemistada con Hafter y apoyada militarmente por Turquía e Italia.
De la situación actual se benefician decenas de señores de la guerra y milicias de tendencia islamista radical dedicados al contrabando de armas, personas y combustible, verdadero motor de una economía destruida.