La economía argentina creció en el segundo trimestre de 2019 un 0,6 % interanual, primer dato positivo tras un año en recesión, aunque esta cifra es previa al agravamiento de la crisis financiera registrado desde agosto pasado, cuando la derrota del oficialismo en las elecciones primarias provocó fuertes turbulencias en los mercados.
La buena noticia, si bien se espera que sea efímera por el desplome del peso del último mes (un 21 % ante el dólar) y el efecto que está teniendo en la ya de por sí alta inflación que arrastra el país, contrasta con los malos datos que entre abril y junio se registraron en el mercado laboral, ya que el desempleo trepó en solo tres meses del 10,1 al 10,6 % de la población activa, la cifra más elevada desde comienzos de 2006.