La incertidumbre y la tensión se han apoderado de las horas previas a la investidura del nuevo presidente electo de Guatemala. Con más de ocho horas de retraso, Bernardo Arévalo de León, ganador de los comicios celebrados en agosto de la mano del partido socialdemócrata Movimiento Semilla, ha tomado posesión como presidente.
"Nunca más el autoritarismo", ha dicho nada más ser investido jefe del Estado del país centroamericano, tras un tormentoso proceso de transición en el que el Ministerio Público, y algunos jueces y parlamentarios de la Legislatura que acaba de terminar, han tratado de impedir que asumiera el cargo.