La reducción de jornada o más específicamente la reducción del tiempo de trabajo (RTT) ha sido una de las grandes medidas en política laboral, tradicionalmente reivindicada por el movimiento obrero, y que recientemente ha recobrado protagonismo. Las iniciativas como los proyectos piloto de reducción de jornada fomentados desde el Ministerio de Industria, pero también otros ejemplos como el proyecto impulsado desde la Comunidad Valenciana han supuesto pasos significativos en la aceptación y viabilidad de la medida. Todo ello, acompañado del empuje de la Four-Day Week Summit, que pretende aunar las posiciones de los agentes sociales para generar un consenso en torno a los beneficios, no sólo sobre la salud y la conciliación sino también sobre las variables macroeconómicas que de su implementación se derivarían.
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