Basaron su campaña en 2019 en el combate contra la inmigración, un fenómeno del que hablan con términos como “invasión”, y dedicaron buena parte de sus esfuerzos a endurecer todo lo posible la negociación del pacto migratorio, que ha sido uno de los expedientes legislativos más complicados a los que se ha enfrentado la UE en esta legislatura. Pero las fuerzas de la extrema derecha encontraron rápidamente otra víctima: el Pacto Verde Europeo, que era, sin embargo, la gran apuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y de los grupos que sustentaban su mayoría (PPE, socialistas y liberales) ante el empuje de los verdes.