Huyeron a tiempo de Eurofinsa, quebrado gigante de la ingeniería que fundaron y que ha entrado fuerte en la última lista de morosos de Hacienda. Diversificaron su fortuna en el fabricante navarro de máquinas automáticas Azkoyen, participado por varios multimillonarios españoles. Y recientemente han logrado tumbar la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de El Gasco, monumental presa fantasma en Madrid considerada una joya de la ingeniería española.