Christine Lagarde compareció ante la comisión de Economía del Parlamento Europeo el pasado 4 de septiembre y prometió "escuchar a los mercados y entender a la gente". De momento, pasó por el preceptivo examen de la comisión parlamentaria –37 votos a favor, 11 en contra y 4 abstenciones–, pero se ha saltado el debate parlamentario en el pleno sobre su candidatura.
Podía acudir o no. Y sus "problemas de agenda" se lo han impedido, y los grupos que la apoyan y pactaron su nombre a espaldas del Parlamento –populares, socialistas y liberales, tras el reparto entre Francia y Alemania de los principales puestos institucionales europeos– no han creído necesario mover el debate a una fecha más conveniente para la ex ministra de Nicolas Sarkozy.