El ritmo de trabajo en el Parlamento de Dinamarca a menudo es frenético, con sesiones que se alargan más de 15 horas, negociaciones que terminan de madrugada, o nuevas legislaciones con centenares de folios que los grupos políticos tienen que revisar en un fin de semana. La Cámara del Folketing se ha convertido en los últimos años en un caldo de cultivo del estrés, con un ambiente de trabajo difícil de poder soportar. La lista de diputados de baja por estrés y ansiedad afecta a todos los grupos parlamentarios, y también a los funcionarios que trabajan en la Cámara.
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