Sitiado. Es la palabra que Roberto Saviano (Nápoles, 1979) usa cuando se le pregunta cómo está, cómo se siente. Lleva 17 de sus 43 años viviendo bajo escolta, una vida clandestina a la que le obligaron las amenazas de la Camorra. Hace unos días se sentó en el banquillo de los acusados por uno de los tres juicios por difamación abiertos contra él tras las denuncias de quienes, hoy en Italia, desempeñan tres importantes cargos institucionales: la primera ministra, Giorgia Meloni, su viceprimer ministro y responsable de Fomento, Matteo Salvini (líder de la Lega); y el actual ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, próximo a Hermanos de Italia.