Unos 300 habitantes de la aldea árabe beduina de Umm al Hiran, en el desierto del Néguev, se han visto forzados a destruir sus propias casas
Con el fin de evitar correr con los gastos, unos 300 habitantes de la aldea árabe beduina de Umm al Hiran, en el desierto del Néguev, destruyeron el miércoles sus propias casas. Este jueves la Policía de Israel, junto a la Autoridad de Tierras, han demolido lo único que restaba en pie, la mezquita, con el objetivo de limpiar la zona para levantar un pueblo exclusivamente judío.