Autores de todo el mundo se han unido para poner en práctica y exigir un boicot cultural, asegurando que el sector editorial puede jugar un papel en este conflicto
Cientos de escritores, editores y otros trabajadores del sector editoral han firmado una carta pública en la que aseguran que no trabajarán con “instituciones culturales israelíes que sean cómplices o hayan permanecido como observadores silenciosos de la abrumadora opresión de los palestinos”.