La ciudad piamontesa de Stresa, a orillas del Lago Maggiore que la separa de la región hermana de Lombardía, presenció un denodado esfuerzo de los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) por sincronizar con urgencia sus economías y tipos cambiarios y de interés. La tarea no le resultará sencilla a un club con históricos capítulos de disensión política interna y sonoras discrepancias financieras.
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