"Preparando un reportaje sobre cartelistas de cine, descubrí que muchos de los carteles de mis películas españolas favoritas los había diseñado una misma persona", recuerda Andrea G. Bermejo, redactora jefa de Cinemanía a eldiario.es. Dispuesta a poner remedio a su desconocimiento sobre Cruz Novillo, le entrevistó. Abrumada por sus palabras y obra, compartió lo sucedido con el guionista y realizador Miguel Larraya, su pareja sentimental y artística. Juntos decidieron embarcarse en este documental, que se proyecta en los Cines Renoir Princesa de Madrid desde 28 de febrero al 6 de marzo, tras haber pasado por la Seminci y Abycine. Una película que se erige como recorrido de la historia de España a través del trabajo y vida de este artista. Un manchego ante el que es imposible, como reconoce su también coguionista, no "rendirse a su carisma, su mirada filosófica y artística, y a su sentido del humor".
Además de un genio, Cruz Novillo es un hombre entrañable, humilde, profesional y agudo. Así, cada minuto de metraje en el que él mismo revisa su trayectoria, se convierten en tiempo de deleite estético e intelectual. Sin embargo, no es la suya la única voz a la que se escucha. Le acompañan figuras como el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina y el expresidente de España Alfonso Guerra, además de expertos en diseño, artes decorativas y cine. Ahora bien, los dos primeros protagonizan uno de los fragmentos más ricos de la película, en la que descubrimos cómo el diseñador fue una pieza angular en el cambio de imagen de nuestro país. Fragmentos de archivo de los años 60 y posteriores evidencian cómo, indudablemente, existió en este periodo una necesidad imperante de avanzar.
Una mirada positiva hacia la TransiciónEl talento de Cruz Novillo permitió "colorear" la Transición. Como reconoce Leguina en el documental, "el franquismo no era estéticamente una avanzadilla". En palabras de Guerra, supuso "40 años sin creatividad". El primero fue quien le encargó al aquí protagonista la bandera de la Comunidad de Madrid. "Hablar con él nos descubrió un dato que desconocíamos y que hoy resulta risible: que cuando sacaron su diseño, los diputados de la oposición les acusaron de comunistas por haber elegido el color rojo, que realmente era el rojo de Castilla", apunta García Bermejo sobre la dificultad que conllevó modificar la enseña madrileña.
Intrahistorias como esta permiten a la película mirar a la Transición valorando de forma positiva lo que se consiguió en cuanto a modernización. Un enfoque que, como expone Larraya, "surge de forma natural al seguir la trayectoria de Cruz Novillo. Los encargos que le hicieron tuvieron que ver con avances, modernizaciones y cambios a mejor". Otro de sus trabajos fue esbozar los nuevos billetes de pesetas del Banco de España, en los que decidió que el reverso lo coparan escritores españoles. Los logos de Tesoro Público, TVE, Antena 3, Endesa, Grupo Prisa, El mundo, UCE, Repsol, Cope, Diario 16 o Visionlab pertenecen igualmente a su obra. Creaciones que le han llevado a recibir premios como el Nacional de Diseño en 1997 y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2012.
Amigo de Borau, Elías Querejeta y su cineEl propio Cruz Novillo destaca en el documental que fue su amistad con José Luis Borau (Furtivos), con quien coincidió trabajando en la agencia de publicidad Clarín, lo que le llevó a probar suerte diseñando carteles de películas. El director era aún estudiante en la escuela de cine, y allí le recomendó a José Luis Viloria, que entonces preparaba El rapto de T.T (1964). Decidió seguir aceptando este tipo de encargos y terminó conociendo a Elías Querejeta. "Era como mi hermano mayor", reconoce sobre el productor en El hombre que diseñó España. Juntos unieron fuerzas para renovar la imagen del cine español. "Todos los veranos paraba mis vacaciones en Ibiza para venir a ver la película que iba a llevar al Festival de San Sebastián, y poder diseñar su cartel", recuerda Cruz Novillo.
"Su colección sirve de fotografía de un momento estupendo del cine español liderado por Querejeta. Un momento en el que, todavía en el franquismo, se abre la mano con el cine para dar una imagen más moderna de España en los certámenes internacionales", expone la codirectora. Durante sus 40 años de colaboración, el diseñador realizó los carteles de largometrajes de cineastas como Carlos Saura, Víctor Erice, Luis G. Berlanga, Jaime Chávarri, Manuel Gutiérrez Aragón, Montxo Armendáriz o Fernando León de Aranoa, entre otros.
La obra más larga de la historiaMás tarde le llegó su interés por la música. "Seguramente por mi aversión a lo rutinario", justifica el propio diseñador sobre su abanico de inquietudes. De nuevo demostrando que ha sido un adelantado a su tiempo, su investigación dio lugar, entre otros trabajos, a la obra más larga de la historia: el Diafragma dodecafónico 8.916.100.448.256, Opus 14. Con una duración de cerca de 3.400.000 años, la pieza contiene todas las combinaciones posibles de 12 colores, 12 sonidos y 12 fragmentos de tiempo. En total, suma 9 billones de obras únicas que conforman un concierto que se estrenó en 2010 en ARCO y que puede visitarse en la presente edición de la exposición.
"El arte es un viaje de ida, el diseño es un viaje de vuelta", defiende Cruz Novillo en el documental. Una pieza indispensable para quienes se dedican a esta disciplina, pero incluso más para los que no. Más allá de las nociones técnicas, su encanto reside en cómo una mente prodigiosa ha sido capaz de peregrinar de la mano, a veces incluso por delante, de la imagen de un país. En tiempos en los que los símbolos, colores y banderas parecen haber adquirido, de nuevo, una relevancia a veces enfermiza, conviene recordar los cambios que sí tuvieron una importancia en su tiempo.
Diseños que conforman el mundo como hoy lo vemos. Las trazadas que entintaron y estilizaron los huecos y fronteras que dejó vacías la dictadura; y que desde entonces, hasta ahora, han conformado nuestra cultura y nuestra cinematografía. Si algo demuestra El hombre que diseñó España es que sí, el imaginario visual es esencial, y su construcción es una responsabilidad al alcance de pocos. Suerte que Cruz Novillo sí estuviera a la altura cuando dependió de él, y qué bonito que podamos acercarnos ahora a su figura.