El organismo internacional sostiene que el patrimonio cultural de Ucrania es muy diverso y está bajo amenaza. “Durante mucho tiempo ha estado en riesgo de ser robado, saqueado o comercializado ilícitamente. Pero desde la invasión a gran escala de Rusia, el 24 de febrero de 2022, estos riesgos han crecido”, indica ICOM. “Debido a la guerra, los objetos ucranianos están en peligro de robo y tráfico ilícito”, ha dicho la viceministra de Cultura y Política de Información de Ucrania, Kateryna Chuyeva. Esta Lista Roja de Emergencia se publica “en un momento relevante en la lucha continua contra el tráfico ilícito del patrimonio cultural ucraniano, un fenómeno que existe desde hace tiempo en la región y que se ha visto amplificado por la invasión rusa”, indican.
La organización insta a museos, casas de subastas, marchantes y coleccionistas de arte a no adquirir objetos similares a los presentados en esta Lista Roja de Emergencia, sin haber investigado cuidadosa y exhaustivamente su origen y toda la documentación legal pertinente. “Cualquier artefacto cultural que pudiera haberse originado en Ucrania, antes y después de la invasión, debe estar sujeto a un escrutinio detallado y medidas de precaución antes de que se concluya cualquier transacción”, asegura el ICOM, que desde el año 2000 publica listas de emergencia de todos los conflictos internacionales. Estas listas ayudan a los profesionales del arte y el patrimonio a hacer cumplir la ley, al identificar los bienes culturales que están protegidos por la legislación nacional e internacional.
En la Lista Roja de Emergencia de Ucrania aparecen iconos religiosos pintados sobre lienzo o madera, con óleo, temple, dorados o plateados. También hay pinturas de artistas contemporáneos como Chepyk Mykhailo, Oleksandr Ekster, Marita Prymachenko o Oleksandr Bohomazov, pintor que estará incluido en la muestra sobre vanguardia ucraniana que se inaugura la semana próxima en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
El ICOM tiene en su poder informes sobre el saqueo masivo del Museo de Arte Oleksiy Shovkunenko, en Jersón, por parte de las tropas rusas mientras se retiraban de la ciudad, el 11 de noviembre, “demuestran que esta amenaza es actual y se ejecuta sistemáticamente”. El Museo de Bellas Artes también ha corrido la misma suerte: una columna de camiones y autobuses se dedicaron a vaciarlo durante días, con destino a Crimea. En entrevista con The Associated Press, el Ministro de Cultura de Ucrania, Oleksandr Tkachenko, ha asegurado que los soldados rusos han robado bienes del patrimonio del país en casi 40 museos. “La actitud de los rusos hacia el patrimonio cultural ucraniano es un crimen de guerra”, añadió.
En el Museo de Historia Local de Melitópol los conservadores escondieron una diadema huna (de oro y piedras preciosas incrustadas), uno de los bienes más valiosos del reinado de Atila el Huno, en el siglo V. Pero las tropas rusas entraron en la ciudad del sur de Ucrania y, tras semanas buscando la tiara, finalmente descubrieron el sótano secreto del edificio en el que el personal había escondido los objetos más preciados del museo local. La diadema huna estaba entre los otros casi 2.000 bienes que los rusos se llevaron. En Mariúpol, las tropas rusas robaron más de 2.000 artículos de los museos de la ciudad, como iconos religiosos, una biblia con más de dos siglos, entre otros.
Además, los bombardeos rusos contra la población ucraniana y su patrimonio han impactado -destruido o dañado- sobre más de 500 sitios patrimoniales. A finales de septiembre la Unesco contaba con más de 180 edificios históricos dañados, más de 50 instituciones culturales, más de 80 centros religiosos, casi 20 monumentos, etc. Desde que se puso en marcha la invasión de Ucrania, desde Europa se ha enviado ayuda material y económica a los museos del país. También ICOMOS España envió dos camiones con ayuda para evacuar y salvar las colecciones de los museos.