El canario parte como uno de los grandes favoritos del Benidorm Fest. Desde su participación en OT 2017 —de la que inexplicablemente no fue finalista y, por lo tanto, apenas optó a representar a España en Eurovisión más allá de un dueto simplón con Miriam Rodríguez—, su nombre ha sonado en las quinielas como posible candidato a participar en el certamen.
Por fin ha llegado su oportunidad y lo hace con un tema arriesgado como Quiero arder que, a priori, se muestra idóneo para que derroche su poderío vocal. Una canción que combina violines con una base electrónica y que va de menos a más. A favor del cantante de 27 años juega la seguridad y aplomo que ha ganado desde que saliera de la Academia. Fue segundo en La mejor canción jamás cantada, ganó Tu cara me suena 9 y acaba de ser subcampeón en el programa de La 1 Dúos increíbles. Las puestas en escena televisivas no le son, ni mucho menos, ajenas, por lo que todo apunta a ser un combo más que solvente para hacerse con el micrófono de cristal. L. G. H.
Lo de Alfred es inexplicable. El fenómeno OT 2017 nos llevó a tomar la lamentable decisión de que el lánguido dúo formado por Amaia y el catalán en Tu canción fuera mejor opción para Eurovisión que el hit Lo malo de Aitana y Ana Guerra —que fue el que realmente sonó en las discotecas de Lisboa, y evidentemente aquí, en aquel año—.
El cantante había asegurado que volvía a presentarse por los siguientes motivos: “Verdaderamente creo que tengo la canción que puede representar a España en Eurovisión” y “es el mejor tema que he escrito nunca”. Pues bien, ha unido manos con el autor de la propuesta con la que fracasó en el festival para armar una balada que no tiene absolutamente nada de novedoso. L. G. H.
La de Alice Wonder es sin duda la más íntima de todas las propuestas del Benidorm Fest, pero quizás su virtud es también su defecto, porque Yo quisiera es una canción lenta, de letra intensa y al piano. No parece tener posibilidades de triunfo, aunque quizás la artista madrileña consiga cautivar a la audiencia de la misma forma que lo hicieron otros como Salvador Sobral con su Amar Pelos Dois hace unos años, y entonces este alegato a la vulnerabilidad cale a la parte más sensible del público.
La de Wonder es una voz dada al directo, así que habrá que esperar a la puesta en escena para ver qué ofrece en conjunto. Lo que seguro sabemos es que hay una voz potente, unos arreglos interesantes especialmente en la última parte de la canción y un carisma atractivo, aunque por mucho que el tema quiera acercarse a la etiqueta musical más alternativa, no consigue desprenderse de esa esencia mainstream que, por otro lado, le viene muy bien para el festival. A. T.
Recuerda a Havana de Camila Cabello por los ritmos, por lo instrumental, por la fusión inglés-español y por la sensualidad de su letra. No tiene nada del género que apunta en su título, aunque parece que el artista, valenciano y bailarín profesional ha intentado meter con calzador el soniquete de una guitarra española y el ritmo de unas castañuelas en algunas partes sueltas de la canción para cumplir con los tópicos que se supone que representan musicalmente al país. Respecto a los requisitos del jurado, es acertada en estilo y seguramente en una buena puesta de escena, que indudablemente el bailarín no pasará por alto y ayudará a subir notablemente su puntuación. A. T.
Muchos pensamos que si habría alguien a quien RTVE daría una segunda oportunidad dentro del Benidorm Fest sería a Gonzalo Hermida, que el año no pudo representar su tema Quién lo diría en directo —aunque se coló igualmente en la final— tras dar positivo en COVID-19 antes de los ensayos de la segunda semifinal. Sin embargo, la etiqueta de repetidora ha sido reservada para Blanca Paloma.
Eaea, compuesta junto a José Pablo Polo, es aparentemente más potente que su previa Secreto de agua. Está anclada al folclore y recuerda a los sonidos de Rosalía y Tanxugueiras. España debería jugársela y llevar a Eurovisión una apuesta claramente flamenca al festival, que para algo es un estilo que ha demostrado interés a nivel internacional. Lástima que la propuesta de la de Elche se quede a medio camino. L. G. H.
Aquí un intento penoso de hacerse un SloMo (y otra vez spanglish; habría que contar bien cuántas palabras tiene en inglés a ver si cumple las bases, aunque ya sabemos que al parecer esa es una regla muy flexible) que suena a medley de canciones eurovisivas, como el Toy de Netta Barzilai y unas cuantas de cientos más.
Tienen su mejor baza en el formato girlband tipo Spice Girl —afirman ser grandes fans del K-pop— con una mezcla de vocalistas y raperas que quizá monten una estupenda coreografía pero no nos dejemos cautivar. E. C.
Si en 2017 Lo malo de Aitana y Ana Guerra terminó quedado claro que debería haber sido nuestra apuesta para representar a España en Eurovisión; si hubo alguien llamado a ir al certamen en 2018 —en un contexto en el que tenía que salir de Operación Triunfo—, fue Famous. Al sevillano, que en la Academia se inclinó por canciones de corte R&B, soul y góspel, minoritarios en nuestro país, le está costando labrarse un hueco dentro de la industria —aunque en 2022 entró en el elenco del musical de El Rey León en Madrid—, pero resurge con su candidatura en el Benidorm Fest.
La Lola es un título tan festivo como olvidable, pero a poco que su actuación se asemeje al Uptown Funk con el que dejó bocas abiertas en la el concurso de RTVE que terminó ganando, dará seguro que hablar dentro del festival. L. G. H.
Esta es la canción que debería ser elegida para representar a España en Eurovisión: tiene flamenco, guitarra española, palmas, aire urban, alegato a la familia, gancho y hasta autotune (que no podrá usar, como ya sabemos por la experiencia Luna Ki, pero aquí es solo un efecto aislado). Si el producto español actual más internacional es Rosalía, de todas las propuestas es la de Fusa Nocta la que recordará más a ella, lo cual no es mala estrategia para pillar puntos.
Fusa Nocta mezcla identidad española con modernidad, así que no sé qué más se puede pedir. La cantante, que ya intentó pinzar fama participando en Factor X en 2018, es una valenciana de 28 años de extraña voz árida, que escribe poesía desde que era adolescente y ha sido modelo para New Balance. Además, en 2019 apareció por los carteles del Mad Cool, Arenal Sound y Madrid Salvaje. E. C.
Vale que el tercer puesto histórico de Chanel fuera con un tema bien movido como SloMo, superando por creces la posición 24 de 26 de su predecesor, Blas Cantó, con la balada Voy a quedarme. Ahora bien, eso no quiere decir que por ello haya que apostarlo todo a los temas pegadizos. Ni tampoco que haya que obviar que en Eurovisión se valoran las buenas voces. De hecho, las dos mejores posiciones que antecedieron a Chanel fueron Dancing in the rain de Ruth Lorenzo y Quédate conmigo de Pastora Soler, ambas décimas que, si hay algo por lo que destacaron, fue por su talento vocal.
Dicho esto, José Otero se postula como una de las mejores voces seleccionadas para el Benidorm Fest. El canario tiene experiencia internacional tras haber participado en La Voz México y llega el certamen con una canción pop bien romántica en castellano dispuesta a cuajar, de sobra, entre el público eurofan. Sobre todo porque es de las pocas baladas que han pasado el corte. No parece loco aventurar que será uno de los títulos que se cuele, por lo menos, entre los ocho finalistas del festival. L. G. H.
Pues escuchar este tema es escuchar a España. La cantante manchega ofrece con una fusión entre flamenco y pop, una especie de reencuentro neofolclórico musical con el pueblo al que pertenece, aunque con un estilo algo superficial y una letra poética que poco favorece a las exigencias del festival. Con aires a Rozalén, a India Martínez y a algunas cantautoras de hoy al estilo Eva Sierra, Karmento puede aportar un teñido de alegría, pero se mantiene lejos de las posibilidades de ganar. Eso sí, de alguna manera recuerda a Tanxugueiras y eso significa que su participación le puede traer el salto a la fama y abrirle las puertas a nuevas oportunidades que sí concuerden con su estilo musical. A. T.
Techno industrial con buenas intenciones pero poca originalidad si los medimos con otros grupos de su escena, aunque puede (o seguro) que en el contexto Benidorm Fest causen más impacto. Ellos a lo suyo lo llaman “fucksia rock” porque le ponen ese toque al metal gracias a la voz prístina de su cantante Kenzy.
Para la canción Arcadia se han inspirado en mitologías y aluden a un paraíso en el que dos chicas se relacionan en un videojuego. La canción está incluida en su disco Truco o trato, aparecido el 31 de octubre. Si algo darán sus cuatro componentes será un buen espectáculo con trajes espectaculares y llamativa puesta en escena, en la línea dura de actuaciones eurovisivas como las de Lordi en 2006, Eldrine en 2011 o Blind Channel en 2021. E. C.
He aquí una propuesta que nos podríamos haber ahorrado, que es la de tres chicos de voces melosas, con sus nananás, su estribillo al unísono, sus carreras de relevos en las estrofas y su historia de romance que llama a aprovechar la noche con la chica porque a saber qué pasará mañana.
Un tema muy europop del montón que caerá dignamente y se pinchará en algunas fiestas, por qué no. E. C.
La de la artista granadina de 27 años es una de las mejores y más originales del festival; propone una especie de fusión entre hyperpop, experimental y tecno, que acaba convirtiéndose en una buena muestra de la electrónica viva entre las nuevas generaciones del país. Con una letra minimalista, una edición radiante y una estética musical hipnotizante, lamentablemente el tema de Ripper no será el elegido para representar el festival. Hay que recordar que la música experimental no tiene cabida en Eurovisión, algo que quedó más que demostrado el año pasado con la apuesta de Luna Ki y su Voy a morir, que finalmente tuvo que ser descartado por una repentina negativa del jurado al uso del autotune. A. T.
La ganadora de la segunda edición de Drag Race España coge aire para ganar el Benidorm Fest con un temazo para bailar bajo la bola disco, que está bien pero tampoco es espectacular. Es un tema con fuerza que no para de crecer a lo largo de sus minutos y que está inspirado en las historias confesionales de las que Sharonne fue confidente tras su paso por Drag Race.
Algo maravilloso de la biografía de Sharonne es que fue componente del mítico grupo Trans-X (autores de la fabulosa Living on video, de 1983). Sharonne se incorporó a la banda a principios de este siglo y, lo que es aún más sorprendente, participó en el intento de la banda por representar a España en Eurovisión en 2001, con una canción terrible, eso sí. Esta vez, merece la oportunidad. E. C.
Tres jóvenes cantando en catalán un tema que no tiene mucho más de interesante que una letra en lengua cooficial y un cambio de ritmo en el estribillo que anima a la celebración y al baile, algo que siempre suele funcionar bastante bien entre las propuestas del festival. Pero más allá de eso, Que esclati tot no ofrece ni originalidad ni enganche, aunque a nivel compositivo coincide con muchos temas presentados en años anteriores que se ganaron su fiel séquito de fans, así que no se descarta que Siderland esté ante la oportunidad de dar la bienvenida a su carrera profesional fuera de Eurovisión. A. T.
La de Sofía Martín es una de las varias propuestas urbanas del festival, con fuerte influencia pop español que, más allá de lo que pase en el Benidorm Fest, se ha asegurado su presencia en las noches de 2023. Una mezcla entre Discoteka de Lola Indigo y María Becerra y Fuego de Eleni Foureira, que tendrá que culminar con una puesta en escena prometedora. “Quiero pizza todos los días, casa para la familia, billetes color lila y un porche”, dice una de sus estrofas. Para la alicantina de 26 años juega en su contra no tener ningún disco en el mercado —tampoco lo tenía Chanel el año pasado— pero esta primera incursión entre el latin y dance podría augurarle éxito, al menos, en el mercado más comercial. L. G. H.
Las gemelas gipuzkoanas Twin Melody presentan una imitación de Shakira pero con infinita menos gracia, una canción con su clásica combinación spanglish a lo Chanel de ritmo machacón y estribillo repetitivo que pretende triunfar a fuerza de repetir “sayonara” y que se quede pringosamente adherido en nuestro cerebelo.
Se trata de una canción que parece a medio hacer, como si se hubieran olvidado de hacerle sus estrofas, puentes y parones y que afortunadamente dura poco y se olvida rápido. E. C.
Un tema de pop muy comercial con toques divertidos. Es alegre y pronostica un buen futuro, pero no en el festival, sino en los sábados de discoteca y en el público adolescente. No tiene nada de original y está lejos del triunfo de Eurovisión, pero se asemeja al estilo de algunas de las figuras más exitosas del pop español actual como Aitana o Lola Índigo. Hay juegos de palabras y ritmo, sí, pero deja sensación de indiferencia y no trae ninguna sorpresa. Nochentera será una canción más entre las propuestas, pero quizás augure un camino de éxito a la catalana de 26 años. A. T.