“Oye, ¿puedo meterte la mano en ese bolsillo tan bonito del pantalón?” fue la frase que esta mujer –una cantante cuyo nombre no se da a conocer, su rostro aparece oculto y su voz, distorsionada– escuchó la primera vez que Plácido Domingo le hizo “sentir incómoda”. La artista vestía “un pantalón con un bordado en los bolsillos traseros”. Sintió “una punzada en el estómago” y pensó, en cuestión de segundos, lo que muchas otras mujeres en situaciones de acoso sexual frente a una persona con poder: “¿Qué le digo yo a este hombre ahora para poder seguir de una manera normal? Si le digo que no, pues tendrá unas consecuencias. Si le digo que sí, no quiero ni pensar”.
En otro de los episodios revelados por esta persona entrevistada por Gonzo, el tenor fue “más allá”. Sucedió “en plena función”. “El acto había terminado, no había música y el telón estaba bajando”. La cantante advierte que la acción que atribuye a Plácido Domingo “no tenía justificación ninguna”. A la pregunta del presentador sobre qué hizo en ese momento, ella contesta: “Pues sonreír y alejarme y marcharme”.
La cantante se alejó de allí preguntándose “¿y ahora qué?”. Admite que se quedó “confundida” y entiende que estas situaciones les pasen a mujeres que piensen que “a lo mejor” ahí tienen “una oportunidad”. “Ese es un peaje que yo no estoy dispuesta a pagar de ninguna manera. Prefiero dedicarme a pintar paredes, a hacer cualquier otra cosa antes que cantar bajo esas condiciones”, afirma en la entrevista.
En agosto de 2019, ocho cantantes y una bailarina denunciaron en un reportaje de la agencia Associated Press episodios de comportamiento inadecuado y conversaciones incómodas. Una mano debajo de la falda, un beso forzado, otro muy cerca de la boca, caricias persistentes en el entorno laboral. De ellas, solo una dio su nombre: la mezzosoprano Patricia Wulf. “Cada vez que me bajaba del escenario, me estaba esperando. Se acercaba tanto como podía, ponía su cara frente a la mía, bajaba la voz y me decía 'Patricia, ¿te tienes que ir a casa esta noche?'”, reveló en el artículo hace tres años.
Patricia Wulf participa también en el programa que ha grabado Salvados. Es la primera vez que lo hace en una televisión española. En la entrevista, Wulf afirma que sintió “miedo” por su “carrera”. Se preguntó “qué pasaría si le detuviesen” y la repercusión que podría tener si saliera a la luz. “Algunas noches, cuando se ponía muy insistente, tenía miedo de ir a mi coche, sentía mucha angustia”, relata.
Gonzo le pregunta a la cantante si estas situaciones se hablaban “entre los colegas del gremio”, a lo que Wulf contesta contundentemente que sí: “Era bien conocido que esto estaba pasando. Pero pensé que no me iba a pasar a mí, no sé porqué, pero no esperaba que me pasara a mí”, añade. En ese momento, Gonzo le hace una pregunta clave en cuyo trasfondo resuena algo que está todavía por explorar: “¿Y si esto se sabía, si era un secreto a voces, quién o qué permitía que siguiese sucediendo?”, dice el periodista.
“Creo que fue por su poder”, explica Patricia Wulf. “Por el dinero que él podría traer a la ópera. Por todos los escenarios, él era una gran estrella. No lo entiendo, era un secreto a voces, de verdad lo era, la gente sabía lo que estaba pasando”, añade.
La investigación del programa televisivo llega también hasta Debra Katz, abogada de algunas de las sopranos en Estados Unidos, con quien hablan sobre el caso y sobre el movimiento MeToo, y a una más de las presuntas víctimas, Luz del Alba Rubio, con quien la redacción en Argentina de elDiario.es pudo hablar el pasado mes de agosto. En Salvados, Del Alba relata la mala reacción de Plácido Domingo cuando le rechazó: “Hubieras podido hacer una bella carrera”, recuerda que le dijo. Y nunca más volvió a cantar en Washington o en Los Ángeles, las dos ciudades donde el tenor fue director artístico de sus respectivos teatros de la ópera.
A raíz de la publicación del reportaje de AP, se iniciaron investigaciones internas en los teatros de la ópera que habían tenido una relación laboral con Plácido Domingo, como el de Los Ángeles, donde dimitió al publicarse el reportaje. Además, el sindicato de músicos de ópera y artistas de danza de Estados Unidos (AGMA) arrancó su propia investigación y pidió a las compañías inscritas en su organización que lo hicieran igualmente. El informe final, que no se publicó, concluyó que el cantante “se había involucrado en actividades inapropiadas, desde el coqueteo hasta la provocación sexual, dentro y fuera del lugar de trabajo”.
El presidente de la AGMA, el barítono Samuel Schulz, filtró la investigación de su asociación al New York Times porque entendió que Domingo estaba comprando el silencio de la AGMA con un acuerdo de medio millón de dólares para así evitar que se conocieran los detalles. Samuel Schulz es entrevistado también en el programa de Salvados.
Al ser expulsado del AGMA, Plácido Domingo no ha vuelto a actuar en Estados Unidos, pero lo ha seguido haciendo por otros lugares del mundo. En España, el cantante actuó el pasado mes de septiembre en las Noches de la Maestranza de Sevilla, un evento organizado por una entidad privada. Con las tablas públicas, la confianza está más puesta en duda. Tras los primeros escándalos, en febrero de 2020 el Inaem (dependiente del Ministerio de Cultura) canceló el homenaje que iba a recibir en el Teatro de la Zarzuela. También tenía prevista una actuación en el Teatro Real de Madrid para interpretar La Traviata, pero el tenor prefirió retirarse antes de que la institución teatral tomara una decisión.
En los últimos meses, Plácido Domingo se ha visto envuelto en una investigación judicial en Argentina sobre una secta a la que se acusa de delitos de trata. Según la justicia de ese país, el cantante tiene lazos con al menos cuatro líderes de la secta Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA) desde hace 26 años.
Según consta en la causa a la que tuvo acceso elDiarioAR, al menos siete mujeres fueron explotadas sexualmente e incorporadas a esa organización por sus propias familias cuando aún eran niñas o adolescentes. El juzgado ordenó unas escuchas y en ellas aparecieron tres registros de audio en los que se menciona que un artista llamado “Plácido” solicita servicios sexuales a la organización.
En esas grabaciones fueron indentificadas las voces de Susana Mendelievich y Juan Percowicz, líder de la comunidad, los cuales fueron detenidos en agosto. La tercera voz, indiciariamente, es la del tenor y director de orquesta madrileño, que visitó Buenos Aires en abril de 2022 para dar un concierto en el Teatro Colón después de dos décadas sin pisar suelo argentino.