Polifacético, extravagante, audaz y moldeador del metal sobre el cuerpo, fue retirado de la alta costura por el Grupo Puig, propietario de su marca, en 1999, por los altos costes de este tipo de diseño. Aunque Rabanne siguió supervisando las colecciones de prêt-à-porter y los perfumes. Destacó por el uso de metales y otros materiales industriales e incluso los plásticos, como los que utilizó para el icónico vestido que lució la cantante Françoise Hardy en la revista Elle, en 1966.
Fue en ese año en el que presentó su primera colección, que ya aventuraba que no sería fácil de vestir: 12 vestidos imposibles de llevar fabricados en materiales contemporáneos, en el que utilizaba placas de Rhodoid, que iluminados con luz artificial producen fluorescencias. No era solo un vestuario, era una "Colección manifiesto".
Paco Rabanne vestía siempre de riguroso negro y nadie olvidaba el poder de una mirada angular, imponente. El carisma de su discurso. En 2010 recibió el Premio Nacional de Diseño de Moda. Era un gran defensor del presente y despreciaba a los diseñadores actuales que se inspiran en sus obras con metal de los años sesenta.
Paco Rabanne, apasionado por el ocultismo, realizó algunas declaraciones controvertidas, como la que hizo en un libro, a partir de Nostradamus, que aventuraba que la estación espacial Mir se estrellaría sobre París el 11 de agosto de 1999. Más allá de este tipo de declaraciones, apreciaba la mitología y las leyendas, tanto vascas como bretonas, un misterio que le servía de inspiración para su trabajo.
Su casa de costura ha publicado un mensaje en sus redes sociales en el que le rinden homenaje y la califican como una de las "figuras de la moda más influyentes del siglo XX", afirmando que "su legado seguirá siendo una fuente constante de inspiración".