Lady Gaga se unió a la banda en el escenario para interpretar el single Sweet Sounds Of Heaven ante un público entregado y en una sala llena a rebosar.
Entre los invitados estaban Jimmy Fallon, Trevor Noah, Daniel Craig, Mary Kate Olsen, Elvis Costello, Diana Krall, Chris Rock, Taylor Hill, Rachel Weisz, Christie Brinkley, Ed Burns, Keegan-Michael Key, Minka Kelly, Christy Turlington y Andrew Watt.
La esperada salida al mercado de Hackney Diamonds este viernes pone fin al dilatado silencio musical de casi dos décadas sin canciones nuevas de los Rolling Stones, cuyo último álbum ha cosechado ya unas primeras críticas prometedoras. El grupo ya jugó a la sorpresa al anunciar misteriosamente la salida del disco con un anuncio falso en un periódico.
El disco se ha publicado este mismo viernes 20 de octubre (algunas tiendas han abierto a medianoche para ponerlo a la venta), y cuenta con colaboraciones de Elton John y Paul McCartney. Además, también se ha sabido que como parte de la promoción del esperado álbum y dentro del acuerdo de patrocinio de Spotify al FC Barcelona, el equipo vestirá camisetas con el rollingstoniano logo de la boca asomando lengua en el partido contra el Real Madrid del 28 de octubre. Jagger, Richards y Wood se han hecho fotos mostrando la camiseta.
La colaboración de Paul McCartney es especialmente emocionante y simbólica, por la rivalidad original, pero no es la primera vez que un ex Beatle se junta con los Rolling. Lennon y McCartney hicieron coros en We Love You de Rollling Stones en 1967, aunque en su momento no se acreditaron oficialmente. Al año siguiente, para un especial de la BBC (The Rolling Stones Rock and Roll Circus), Lennon volvió a colaborar con la banda de Jagger, formando un supergrupo con más músicos, Eric Clapton entre ellos.
También hubo alguna colaboración de vuelta, como cuando el difunto Brian Jones aportó coros a Yellow Submarine (y efectos de sonido, haciendo chocar dos vasos de cristal) y You Know My Name de los Beatles. Pero Bite My Head Off (feat. Paul McCartney) sería el aporte de mayor entidad de un Beatle a la que fuera su banda rival, o al menos que dividió al público entre dos querencias: ser pop y ser de los Beatles, ser rock y ser de los Rolling.