La producción española interesa en todo el mundo, y los datos lo dejan claro. Interesa, sobre todo, a las plataformas. Un informe del Observatorio del Audiovisual Europeo coloca a España como el país que más títulos de ficción produjo para ellas en 2022. Exactamente 39, los mismos que Reino Unido, y por encima de Francia e Italia, tercera y cuarta con 28 y 26 títulos respectivamente en el ranking elaborado por el organismo europeo. A nivel total de títulos, es decir, incluyendo aquellos creados por televisiones privadas y públicas, España baja hasta la cuarta posición con 85. La superan Francia, con 197; Gran Bretaña, con 217; y Alemania, que arrasa con 336.
Ese cambio se debe a que la producción pública en España vuelve a resentirse. Del total de producción española de ficción, el 46% corresponde a títulos de plataformas; el 30% a televisiones privadas y el 23% a inversiones públicas. Justo al contrario que lo que ocurre en Europa, donde el 56% es de cadenas públicas; el 29% privadas y el resto, un 15% a plataformas. Una conclusión del informe Audiovisual fiction production in Europe 2022 que coincide con las que ya asomaban en otro estudio del Observatorio del Audiovisual Europeo publicado por elDiario.es.
En este se subrayaba el caso de España asegurando que “es comparativamente el principal beneficiario de las inversiones de las plataformas”, pero destacando también “un nivel comparativamente bajo de inversión por parte de las cadenas públicas” que “se compensa, en cierta medida, con inversiones superiores a la media de las plataformas globales en el país”.
El informe muestra que de las 39 producciones de plataformas que se hicieron en España en 2022, 21 pertenecieron a Netflix, sin duda la empresa que más títulos produjo el curso pasado. Siete pertenecieron a Amazon, otras siete a Atresplayer, dos a Warner (HBO) y una a Disney Plus. El dominio de Netflix en España sigue siendo apabullante y su nivel de producción está lejos del de sus competidoras en volumen y número de ficciones.
Ocurre lo mismo en toda Europa. El gran “aumento en la inversión” se ha visto en las plataformas, que estrenaron 228 títulos originales el año pasado frente a 127 en 2021, una cifra que estaba afectada por las consecuencias de la pandemia. La mitad de esos 228 títulos son de Netflix (50%) y otro 17% es de Amazon, siendo las dos grandes empresas productoras actualmente. Entre ambas se quedan con dos tercios de la producción de todas las plataformas existentes en el continente.
El Observatorio no solo ha analizado el número de producciones de plataformas, sino que ofrece una mirada más general a cómo se produce y qué se produce en Europa, así como la evolución desde 2015 hasta 2022, una progresión que se ha mantenido casi constante, y que en el último año vivió un suceso destacable. El número de títulos de ficción europeos producidos aumentó un 12%, de 1.378 a 1.541; sin embargo “el volumen de horas y el número de episodios se estancaron respecto a 2021”.
Eso se debe a que el tamaño y el formato de las producciones también ha cambiado. Mientras que hace una década lo habitual era ver temporadas de series de más de 24 episodios y de una hora de duración, lo habitual ahora es que son de 13 o menos; y en torno a 40 minutos. Un 52% de la ficción producida entre 2015 y 2022 tiene ese formato, lo que corresponde al 23% total de horas. En porcentaje les siguen las películas y TV movies, que suman el 30% del contenido producido, pero que en número de horas solo corresponde al 4%. Menos habituales son ya las series de más de 13 episodios, que son el 18%.
El informe achaca este cambio en las formas de producción (temporadas de menos episodios, y episodios más cortos) “como una forma de afrontar la crisis”, y la subida de los “costos de producción e inflación”. El único formato que no crece es el de las series de más de 52 episodios, lo que corresponde normalmente a las telenovelas. El que más aumenta es el de las series de 13 episodios o menos. Las series de ese tamaño se han convertido en el indicador del músculo productivo de un país. Como indica el estudio, los “cinco mercados más grandes también lideran la producción de series de 13 episodios o menos”. España se mantiene en el cuarto puesto tanto de número total de títulos producidos en 2022 como en número de series cortas.
Las diferencias entre cada país se notan también en los productos audiovisuales que producen. Por ejemplo, Portugal, Hungría, Polonia y Grecia apuestan por telenovelas y series de muchos episodios, mientras que Alemania, Francia e Italia “ponen más énfasis que la media europea en las películas”. En ese terreno España se mantiene en un terreno medio, pero marcado por las plataformas, actor fundamental en la producción del país.
Datos que se han visto reflejados también en las apuestas del anterior Gobierno de coalición, que apostaron por la creación del llamado ‘hub audiovisual’ para convertir España en el gran plató europeo y atraer rodajes internacionales. Una iniciativa que se reforzó gracias a los Fondos europeos de recuperación, transformación, y resiliencia. Su apoyo a las plataformas también quedó manifestado de forma clara en la polémica Ley Audiovisual, que mantuvo la definición de producción independiente que pedían estas y las cadenas privadas en vez de la defendida por el sector de la producción independiente.
Esa predominancia de las plataformas en la producción española tiene también detractores como el cineasta Jonás Trueba, que en una entrevista en elDiario.es advertía del riesgo de que la voz dominante en la producción original de un país la tenga una plataforma, y manifestaba su preocupación por la Ley Audiovisual. “Hay mucha gente en nuestra industria que está contenta porque tiene trabajo, porque de pronto está todo el mundo haciendo series o películas de estas plataformas. Y por un lado te alegras de que la gente tenga su trabajo, pero luego tiene que haber un espíritu crítico con respecto a quién nos está pagando las películas. Si además eso implica que se comen todo el pastel y hacen desaparecer, ya no digo las salas de cine, sino en este caso ya directamente a los cineastas independientes, porque nos quieren poner a todos a su servicio, decidiendo ellos lo que quieren hacer”, decía el director.