"Soy uno de los locos de la peli. La veo una o dos veces al año porque es terapia. Siempre te hace reír aunque estés fastidiado", reconoce el presentador televisivo y cómico a este periódico.
Para conocer el germen del largometraje hay que remontarse a mayo de 2001, día en el que el musical El otro lado de la cama, del que Serrano había escrito el guion, se presentó a la prensa. Allí recibió la oferta de contar esta historia sobre un grupo de amigos que monta un equipo de fútbol para animar a dos de ellos. El guionista estaba trabajando en ese momento en un libreto similar, por lo que aceptó de inmediato. En septiembre de 2002 todo estaba listo para empezar el rodaje que reunió a un entonces principiante elenco que, dos décadas después, reúne más de nueve Premios Goya.
Entre ellos está el que Fernando Tejero obtuvo por su papel en la propia Días de fútbol, como Mejor actor revelación. Alberto San Juan, Nathalie Poza, Roberto Álamo, Ernesto Alterio, Luis Bermejo, Lola Dueñas, Natalia Verbeke, Pilar Castro, Secun de la Rosa, Pere Ponce, Diego Paris, María Esteve y Eva Santolaria completaron el ahora consagrado reparto. Junto a Javier Gutiérrez y Antonio de la Torre, en dos papeles prácticamente de figuración. "Fue la primera película importante para muchos de los intérpretes. Casi todos estábamos empezando", recuerda Serrano a elDiario.es.
El director y guionista les conoció a través de un amigo en común, el actor Coté Soler, que estudiaba en la Escuela de Cristina Rota con ellos. Fue a verles en la que fue la primera función del grupo teatral Animalario que formaron San Juan, Poza, Alterio y Willy Toledo; y ya no hubo vuelta atrás. "Me pegué a ellos. Fui su fan antes de que se hicieran famosos", revela sobre lo que motivó el inicio de su amistad. Por ello, cuando llegó la oportunidad de rodar su ópera prima, les llamó. Eso sí, durante la ronda de contactos, recibió una 'mentirijilla' en común: todos le dijeron que sabían jugar al fútbol y, cuando llegó el momento de ponerlo en práctica, quedó patente que no.
"En la primera versión que escribí terminaban ganando la liga del barrio. Cuanto peor les iba en la vida, mejor les iba en el fútbol. Éramos amigos, pero nunca habíamos jugado juntos. El día que quedamos en el Retiro para probar, vi que aquello era imposible, tenía que cambiar el guion", explica. Antes de la grabación, estuvieron un mes ensayando en la Elipa, el barrio madrileño en el que se ambienta el filme.
"Muchos de ellos venían de zonas pijas y para mí era importante que vieran que la gente del barrio era normal. Casi todos los directores del cine español son de familias y zonas pijas, y cuando se acercan al barrio lo hacen con una mirada un poco por encima del hombro. Lo hablo mucho con Dani Guzmán (A cambio de nada), que sí es de barrio", comenta sobre la importancia que le dio a la inmersión en la zona periférica.
Cada jornada la concluían jugando un partido, para lo que hasta contrataron a un entrenador profesional. "Alguno consiguió darle al balón con cierta dignidad, sobre todo Ernesto, que es muy trabajador y obsesivo. Pero lo de Alberto era dramático [ríe]. Necesitó 14 tomas para meter el balón en la portería en la escena del penalti. Y eso que el portero tenía la orden de no moverse...", rememora.
Serrano considera que la clave del éxito de Días de fútbol, que terminó recaudando más de 12 millones de euros en taquilla, fue que "la gente se reía mucho. Se pueden buscar mil explicaciones pero creo que todo se resume en eso. Ellos aportaban algo nuevo y fresco al cine español". Dani Mateo también ensalza el humor como la seña de identidad fundamental del largometraje, y que es lo que perdura 20 años después. "Cuando algo te hace gracia es porque toca un botón en ti. No lo decides. A los que compartimos un sentido del humor, nos toca. Mi forma de verla ha cambiado pero me siguen haciendo mucha gracia", afirma el cómico.
El presentador de Zapeando y colaborador de El intermedio considera que el filme conectó tanto con el público y ha envejecido bien porque "habla de dramas cotidianos muy humanos". "Todos hemos sido esa panda de gente perdida", explica sobre cómo los protagonistas encarnan arquetipos que están en todos los grupos de amigos: "El que le da por ser el coach y responsabilizarse, el que está porque le tienen cariño pero en realidad no saben qué hacer con él. Cualquier persona tiene amigos o amigas como los que aparecen en la peli".
Además, señala como "bonito" que, al ocurrir en 2003, se desarrollaba "justo antes de que todo se viniera abajo". "Ellos están preocupados por si les gusta o no su pareja, o si comprar un piso en Valdebernardo. Pobres... Les venía un tsunami y estaban haciendo castillos de arena. Qué poco se lo esperaban". El otro rasgo que destaca es que le recuerda al cine de Luis García Berlanga, "estas películas corales que son una caricatura de su época con personajes muy extremos. Es un retrato desacomplejado y sin miedo".
Precisamente Berlanga es a quien Serrano cita como referente y motivo por el que decidió no usar ni steady cam ni cámara en mano. Kiko de la Rica, director de fotografía con el que sigue colaborando, le propuso hacerlo algo "más bonito", pero su respuesta fue clara: "No. Esto no es un documental sobre gente que vive en sitios feos. No lo vamos a afear más pero vamos a ser lo más realistas posible". De ahí a que predomine la cámara situada a la altura de los ojos y los travelling.
El director y guionista apunta que este componente visual es uno de los motivos por los que define Días de fútbol como una película marciana, junto a su desenlace: "No es la típica comedia con final feliz. El final es bastante chungo".
"Hay un tío que se queda con su novia simplemente porque no puede con la culpa de dejarla. Otro ha hecho una terapia para quitarse la violencia de encima y lo que se ve en el último segundo de la película es que va a machacar a su amigo porque está tonteando con su mujer. El que está casado, que quiere separarse a toda costa, se queda con su mujer...", expone, "solo hay un personaje, el de Luis Bermejo, que sí que toma aire y hace lo que le apetece".
De ahí a que considere que el largometraje, en conjunto, es "bastante oscuro". El plan inicial no era que se quedara ahí, sino que la idea era "hacer una película cada 10 años y verles envejecer". Serrano llegó a escribir junto a Diego San José el guion de una segunda parte, pero Telecinco, la productora, no quiso seguir adelante.
Dani Mateo es uno de los defensores de que debería haber una continuación, ya que sería "graciosísimo" ver qué ha sido de estos personajes en la España de hoy. "Se lo digo a David cada vez que le veo. Te prometo que le insisto. En realidad el objetivo oculto de este reencuentro es cerrar por fuera y ponerles a trabajar", bromea sobre el evento del próximo jueves en Madrid, que avanza que será "una fiesta para los amantes de la película". En él se mostrarán escenas que se quedaron fuera del montaje, entre las que figuran una en la que el alter ego de Luis Bermejo enseñaba la canción que iba a cantar en la boda que cierra el largometraje.
Serrano confiesa que solo volvió a ver Días de fútbol dos años después de su estreno y que es partidario de no hacerlo. "Cuando ves algo que has hecho solo te fijas en lo que hiciste mal", explica. "Si me dejaran remontarla, la cambiaría entera. Hubo cosas que cortamos que me da pena", confiesa antes de citar que en la escena en la que Antonio (Alterio) y Serafín (Tejero) roban las camisetas para que todos los compañeros vayan uniformados, primero se les veía "salir del portal, tirar la basura y robar en la tienda de al lado de su casa".
Tramas y edición aparte, el director tiene claro qué es lo que sigue celebrando 20 años después: "Hacer mi primera película con mis amigos y que se convirtiera en un éxito".