El Ministerio Público indica que Paso aprovechaba “su posición” al frente de la compañía para “acceder a determinadas mujeres para embaucarlas y aprovecharse sexualmente de ellas”, en una serie de acciones descritas que van desde el acoso, la violencia psicológica o la violencia sexual y física. Todo ello con el fin de “conseguir disfrutar sexualmente” de ellas, aunque “supusiera destrozarlas psicológicamente y el fin de su inicial carrera teatral”. A algunas “incluso les exigía que fueran sin ropa interior y llevaran las bragas en la mano para entregárselas”, añaden en el documento, según El País.
Otro de los puntos de la denuncia explica “relaciones sexuales vaginales, anales y bucales” que no tenían el “consentimiento libre” de las jóvenes, que aunque rechazaban esos encuentros, a veces “se sentían constreñidas a realizarlos”, lo que las llevaba a someterse a esas prácticas sin consentirlas. En otros momentos, Paso utilizaba “violencia e intimidación directa” llegando a “ocasionar a una víctima desgarros anales y a otra una infección vaginal”. También algunas “tuvieron que tomar la pastilla del día después, por imposición de él”, ya que “nunca usaba preservativo”.
El texto de la Fiscalía recoge diferentes testimonios de las víctimas en los que las sometía a prácticas teatrales y de actuación que acababan en más violencia. Una de ellas explicó al dramaturgo de 48 años que había sufrido violencia sexual cuando era menor y él cambió su personaje para imponerle “representar una violación”, sabiendo lo que ella había vivido, lo que le provocó “un gran daño psicológico”.
Los besos y tocamientos sin consentimiento previo de las actrices eran también constantes en el relato del Ministerio. Un ejemplo de ello es cuando Paso invitó al padre de una de ellas a una función sabiendo que este había abusado sexualmente de la joven cuando era menor. Forzó un encuentro entre los dos y esto le provocó a ella un ataque de ansiedad. “Pese al estado de shock”, explican, el dramaturgo “empezó a besarla, tocarla por todas las partes de su cuerpo, incluidos los órganos genitales”. La actriz no pudo reaccionar.
Todas estas experiencias relatadas se daban bajo la petición de Paso de mantenerlo en “secreto” y si alguna de ellas se negaba a alguna de las prácticas, las “excluía de los ensayos” y perjudicaba su carrera profesional con burlas y humillaciones con el fin de “crearles inseguridad, inestabilidad emocional y mandarles un mensaje muy claro: quién era el que mandaba”.