París, que volvió a acoger el acontecimiento deportivo en 1924, ha sufrido muchos cambios desde entonces, unas transformaciones que se reflejan en la literatura, escrita tanto por los autóctonos como por los numerosos extranjeros que han hecho de ella su territorio. Con la conciencia de la imposibilidad de abarcarlo todo –se han quedado fuera títulos como El aldeano de París, de Louis Aragon, La vida instrucciones de uso, de Georges Perec, o, entre los más recientes, Vernon Subutex, de Virginie Despentes–, la siguiente lista propone un recorrido, década a década, por una ciudad que ha vivido el frenesí del cabaret de entreguerras, el terror de la Ocupación, las protestas del Mayo del 68 o el terrorismo yihadista.
Década de 1900Gigi, Colette, Veintisiete Letras, 2008, trad. José María Solé
Quizá la novela más conocida de la simpar Colette. La heroína, que tiene mucho de la propia autora, es una joven irreverente que se mueve por entre los teatros de variedades y los salones del París de la belle époque. Con frescura y humor, plasma la doble moral de la alta burguesía con una protagonista que no duda en rebelarse y buscar su sitio, con descaro y una sensualidad desinhibida. Las obras de Colette solían ser un succès de scandale, pero sentaron un precedente de modernidad en el que las nuevas generaciones de mujeres ilustradas encontraron un espejo en el que mirarse.
Década de 1910Romance en París, Franz Hessel, Errata Naturae, 2011, trad. Olga García
Muchos conocen Jules y Jim, la novela de Henri-Pierre Roché que François Truffaut adaptó a la gran pantalla –el cine, a propósito, ha tenido un papel decisivo a la hora de fijar en el imaginario colectivo esa imagen de París que ha seducido a tantas generaciones–, pero no tantos saben que el otro amigo de la historia era Franz Hessel, escritor alemán que vivió entre París y Berlín y firmó algunos de los libros más bellos sobre la figura del flâneur. Este, publicado en 1920, se dirige a su amigo para hablarle de su experiencia durante la Primera Guerra Mundial y evocar con nostalgia aquellos años felices en el París bohemio, cuando conocieron a la fascinante Lotte. Amor, amistad, sensualidad, sueños de juventud y pérdida convergen en este libro de trasfondo autobiográfico que retrata la crudeza de unas vidas rotas por el conflicto bélico.
Década de 1920París era una fiesta, Ernest Hemingway, Lumen, 2021, trad. Miguel Temprano García
Son incontables las recreaciones del mítico París de los (¿felices?) años veinte, donde se encontraron tantos miembros del círculo artístico que se han convertido en clásicos de la literatura y el arte universal, como Scott y Zelda Fitzgerald, Ezra Pound, Pablo Picasso o Gertrude Stein. Uno de los títulos más conocidos son estas memorias póstumas de Ernest Hemingway, que rememoran su juventud en aquella ciudad perdida, cuando se empezaba a abrir camino como escritor y, a pesar de la huella de la Gran Guerra, se respiraba un esperanzador aire de modernidad que habría de terminar en la década siguiente.
Década de 1930La leyenda del santo bebedor, Joseph Roth, Alianza, 2020, trad. Ibon Zubiaur
La despreocupación de los años veinte –al menos, para los estamentos privilegiados– terminó con el Crac del 29 y la grave crisis económica que desencadenó alrededor del mundo. En un París donde el paro va en aumento, un hombre sin hogar, alcohólico y apátrida, asolado por las deudas, trata de redimirse apelando a la caridad de un religioso que lo conmina a devolver el dinero que le entrega con una ofrenda en la iglesia. Sin embargo, los bajos fondos por los que se mueve están llenos de tentaciones que le hacen tropezar una y otra vez. Una parábola del ser humano caído en desgracia que constituye el testamento literario de un autor extraordinario.
Década de 1940Suite francesa, Irène Némirovsky, Salamandra, 2023, trad. José Antonio Soriano Marco
El conjunto de la obra que Irène Némirovsky publicó en vida plasma los claroscuros del periodo de entreguerras en el seno de la burguesía parisina. En su novela póstuma, cuyo manuscrito escondió en la maleta de sus hijas antes de ser deportada a Auschwitz, emprende el reto de escribir una gran novela de alma rusa sobre la Ocupación nazi en Francia. Ella misma vivió de primera mano la persecución por ser judía, en un clima donde la tensión iba en aumento y los ciudadanos se precipitaban a huidas desesperadas. Recuperada en 2004, cuando se le concedió el Premio Renaudot, el año pasado la obra fue reeditada con fragmentos inéditos, en lo que se considera ya su versión definitiva.
Década de 1950Los mandarines, Simone de Beauvoir, Edhasa, 2020, trad. Silvina Bullrich
Además de la filósofa brillante que firmó El segundo sexo, Simone de Beauvoir fue una excelente narradora. Esta novela, su obra maestra, comienza en el momento que Irène Némirovsky ya no pudo presenciar: la celebración por el final de la Ocupación. De Beauvoir traza un fresco de los años de la posguerra en el ambiente intelectual, siguiendo los pasos de un elenco que formó parte de la Resistencia y ahora recibe la nueva época con ilusión, pero debe enfrentarse a las profundas heridas de la guerra, que hacen que retomar sus vidas no sea tan sencillo como esperaban.
Década de 1960En el café de la juventud perdida, Patrick Modiano, Anagrama, 2008, trad. María Teresa Gallego Urrutia
De la escuela de aquel París bohemio de los años veinte surge esta novela emblemática del prolífico premio Nobel francés, en la que se encuentran las bases de muchas de sus obras posteriores. Patrick Modiano evoca su juventud en aquellos cafés donde bulle la intelectualidad de la época, callejeo arriba callejeo abajo, pero lo hace bajo el tamiz de la novela, con el personaje de una mujer, la hija de una trabajadora del Moulin Rouge, como centro. La sensualidad, el misterio, las aspiraciones de juventud y la búsqueda de identidad confluyen en un libro de aires nostálgicos sobre un tiempo ya perdido.
Década de 1970París no se acaba nunca, Enrique Vila-Matas, Seix Barral, 2013
Obra fundamental del escritor español más afrancesado de nuestro tiempo. El autor se estableció en París en los años setenta, cuando era un joven aspirante a literato de los que creen que para escribir hay que llevar una vida bohemia en las mismas calles que pisaron sus ídolos. Gracias a Marguerite Duras, que le alquila una buhardilla, se introduce en el círculo intelectual, donde destaca la presencia de autores latinoamericanos. Con su ironía inconfundible, el autor compone un fresco en el que el París de sus memorias se funde con el París mitificado a partir de los libros, el arte y las películas que le formaron.
Década de 1980Trilogía de París, Colombe Schneck, Lumen, 2024, trad. Mercedes Corral
La autora dice que se inspiró en Annie Ernaux, en su valentía para convertir lo personal en el centro de una obra literaria, para escribir este tríptico parisino sobre su juventud. La primera parte, que acontece en 1984, narra cómo afrontó el aborto tras un embarazo adolescente. Las vivencias íntimas –amor, sexualidad, amistad, pérdida– sirven de pretexto para desenmascarar la hipocresía de una clase alta cosmopolita y chic que se cree muy moderna después de Mayo del 68, pero que en realidad sigue teniendo muchos tabús que los jóvenes deben encarar para forjar su propio camino.
Década de 1990Marx y la muñeca, Maryam Madjidi, Minúscula, 2018, trad. Palmira Feixas
El crecimiento de la inmigración en las últimas décadas del siglo XX tiene su reflejo en la generación de escritores milenial que conocen bien el significado de crecer entre dos culturas. En esta novela de trasfondo autobiográfico, Maryam Madjidi narra la llegada a París de una familia iraní que huye del Teherán posterior a la revolución. Mientras en casa prevalecen las costumbres de antaño, la hija estudia y se relaciona en un entorno que le impone otro idioma, otra visión del mundo, otra identidad en permanente tensión con la nativa. Son muy pertinentes sus observaciones sobre la lengua, la indefensión del inmigrante y el modelo de enseñanza, que no respeta la diversidad social del país.
Década de 2000Las horas subterráneas, Delphine de Vigan, Compactos Anagrama, 2022, trad. Juan Carlos Durán
He aquí una radiografía de París a partir de las vidas de dos personajes ordinarios en una jornada laboral cualquiera. Ella, que se desplaza por la ciudad en metro, es una madre de mediana edad que trabaja en una gran empresa donde sufre mobbing a manos de su jefe. Él es un médico que recorre las calles en ambulancia, atendiendo las crisis ajenas mientras afronta la suya propia con su pareja. Delphine de Vigan, con su ojo clínico para captar las tensiones sociales de cada época, fue una de las primeras en poner en primera fila cuestiones como el acoso laboral o la atención a los dependientes en esta espléndida novela publicada por primera vez en 2009.
Década de 2010Las leyes de la ascensión, Céline Curiol, Periférica y Errata Naturae, 2022, trad. Regina López Muñoz
Esta gran novela –en todos los sentidos– se desarrolla en 2015, el año de los atentados terroristas más sangrientos de la historia reciente de la capital francesa. Siguiendo las andanzas de cinco personajes que abarcan diferentes estratos sociales y nacionalidades, la autora condensa muchos conflictos contemporáneos que configuran un retrato de la época –la inmigración, la precariedad, la crisis medioambiental, la maternidad tardía o la salud mental–, a la vez que no descuida la parte íntima y de relaciones entre ellos. Una historia total apasionante.
Década de 2020V13. Crónica judicial, Emmanuel Carrère, Anagrama, 2023, trad. Jaime Zulaika
La literatura es un arte de gestación lenta. Seguro que en el futuro leeremos grandes libros sobre el auge de la extrema derecha y los resultados de las últimas elecciones, pero los escritores necesitan tiempo y los lectores, perspectiva. Lo que sí responde a la urgencia de la actualidad es el periodismo, que en algunas manos se convierte en algo más que un documento testimonial. Estas crónicas narran el juicio por los atentados del viernes 13 de noviembre de 2015, celebrado entre septiembre de 2021 y junio de 2022. Una aproximación que invita a reflexionar sobre los orígenes y las consecuencias de un episodio que sigue marcando el devenir de la sociedad occidental.