Es cierto que la película intenta tirar de retranca y quiere jugar con que los dos actores se ríen de sí mismos, especialmente de su edad, pero todo el rato sobrevuela la sensación de que en el fondo ellos son ese tipo de persona. La historia de dos expertos en arreglar asuntos turbios a los que encargan la misma tarea (hacer desaparecer el cuerpo de un joven que ha muerto mientras practicaba sexo con una importante abogada) sirve para que ambos luzcan su carisma y lo bien que se conservan con más de 60 años. Pero poco más.
Se nota que se lo han pasado bien rodándolo, pero más allá de las bromas sobre lo cascados que empiezan a estar, hay poco más debajo del envoltorio de lujo. Sobre todo porque casi todo tiene ese puntito rancio. Hay bromas sobre si uno ha tenido sexo con una mujer y otro no; y en el fondo todo desprende olor a testosterona, como de película salida de otra década aunque Jon Watts lo vista todo de thriller de acción moderno. Esas bromas, esas pullitas, y ese canallismo que parecía desterrado y que aquí aparece sin nunca dejar claro si se ríe de ello o con ello.
Podría haber sido el punto de partida para un filme que se riera, precisamente, de esa masculinidad de la que ambos han sido prototipos, pero no se atreve o no quiere. Prefiere solo asomar la patita para terminar perpetuando el mismo estereotipo. De hecho, de quien más se ríe la película es del joven que termina pegándose al dúo y que se convierte en el auténtico robaescenas. Él es blandito, no es agraciado y es verborreico -porque ellos, como buenos hombres son parcos en palabras y no expresan sus sentimientos-. La película trata a este personaje con paternalismo y condescendencia en vez de por contraponer ambas formas de ser hombre en la actualidad.
Quizás era pedirle demasiado a una película que, por otro lado, tiene clarísimo que no es más que un mero entretenimiento y lucimiento de sus dos estrellas. Lo que sí debería haber tenido, a pesar de que ya se ha anunciado su secuela, es un cierre que no haga sentir a los espectadores un poco estafados por haber visto dos horas de una película cuyo final enlaza con una próxima aventura de estos dos lobos solitarios.
También es cierto que la mayoría la descubrirá en Apple TV+, ya que lo que iba a ser un estreno a todo trapo ha pasado a ser uno directo a la plataforma en la mayoría de países, incluido España, donde llegará el próximo 27 de septiembre. En EEUU tendrá una semana en cines limitados antes. Una decisión que fue uno de los asuntos más calientes en la rueda de prensa del filme en el Festival de Venecia, una de las más esperadas. Clooney primero afrontó con humor el tema cuando se le preguntó cómo un filme con dos estrellas como ellas se estrenaría sin una presencia en salas. “Estamos en declive”, dijo provocando la carcajada de todos.
Brad Pitt y George Clooney en 'Wolfs'Luego respondió y admitió que le hubiera gustado un estreno más grande en salas, y cree que además eso beneficia a los filmes que luego llegan a las plataformas, pero también sabe que esta situación “revolucionaria” ha sido muy beneficiosa para los intérpretes. “Necesitamos el streaming. Necesitamos a Apple, a Amazon, y ellos necesitan distribuidores también. Hay que encontrar la forma de encajar todo esto. Sobre todo me siento emocionado por los actores jóvenes, porque ahora hay mucho más empleo”, opinó.
De forma similar se expresó Brad Pitt, que cree que “siempre hay algo romántico en la experiencia en salas”, pero que sabe que “la existencia de las plataformas ha traído más historias y talento”. Fue de las pocas veces que Pitt se mojó, porque cuando llegaron las preguntas políticas dejó que fuera Clooney quien tomara la voz cantante. Al actor y director se le preguntó explícitamente por si creía que su columna en el New York Times había influido en la decisión de Biden de retirarse.
Clooney demostró sus tablas en estas situaciones: “Quien merece un aplauso es el presidente que llevó a cabo el acto más desinteresado que se veía desde tiempos de George Washington. Es muy difícil dejar el poder, lo hemos visto en todo el mundo, que alguien sea capaz de reconocer que hay una mejor opción, eso es lo que cuenta y el resto no será recordado. Todo el mérito es suyo. Estoy muy orgulloso de la situación en la que nos encontramos en este momento y todos estamos muy entusiasmados por el futuro”.
Ambos opinaron también sobre el poder del cine para cambiar las cosas en un momento de auge de la extrema derecha. Pitt cree que “ese es el poder de contar historias”, y dijo que por eso se dedica al cine, para “afrontar lo que nos pasa como sociedad y ver hacia dónde queremos ir”. Clooney recogió el testigo para aclarar que “las películas no son noticias”: “Se necesitan un par de años para armar una película. 'Todos los hombres del presidente' se estrenó dos años después del Watergate. Las películas reflexionan, miran hacia atrás y nos hacen tener una perspectiva al respecto. Ir más despacio a veces es la mejor forma de saber dónde aterrizamos todos. Es más fácil mirar hacia atrás con las películas”.