Este fue uno de los chistes con los que el cómico David Suárez promocionó en sus redes sociales el espectáculo que iba a protagonizar en la citada localidad madrileña el próximo 18 de octubre. El humorista hizo así alusión a las deficiencias de la línea 7B de Metro que atraviesa el municipio. El Ayuntamiento decidió cancelar su show tras ver el vídeo, alegando en un comunicado que sus palabras suponían “una absoluta falta de respeto a los vecinos”.
“Esta es una de tantas”, explica sobre lo sucedido David Suárez a este periódico. La más sonada ocurrió en 2019, cuando la Fiscalía llegó a pedir un año y diez meses de cárcel por un chiste sobre el síndrome de Down. Dos años después, acabó siendo absuelto. “Sigo pensando que hay que defender la libertad de expresión”, sostiene.
¿Cómo está? Que le cancelen un espectáculo no debe ser muy agradable.
Estoy más acostumbrado de lo que parece. No es la primera actuación que me cancela un Ayuntamiento porque encuentra inapropiado algo que hago. Esta es una de tantas. Llama la atención que sigan pasando este tipo de cosas en 2024, pero suceden.
Dice que lo sucedido es “una de más”, ¿debería ser normal que lo tenga tan naturalizado?
Me sigue llamando la atención que la gente se alarme cuando se hacen chistes sobre su localidad porque me parece algo que es más sano que otra cosa, y hay una gran tradición en España de reírnos de los municipios y hacer parodia del sitio del que venimos.
Hay quien se ha echado las manos a la cabeza por lo que decía en su vídeo, pese a que diariamente se escuchan barbaridades que escandalizan menos, incluso en el Congreso.
Sí. La gente muchas veces le da menos margen al humor que a otros géneros porque se entiende que el humor es únicamente un mecanismo de burla, cuando también sirve para poner en relieve cuestiones sin la necesidad de reírse exactamente de ellas. Es decir, al final la intención del vídeo era promocionar la actuación, pero no ridiculizar el pueblo. Es paradójico que de repente pase a ser un problema visibilizar un problema que ataca a los propios ciudadanos.
La intención del vídeo era promocionar la actuación, no ridiculizar el pueblo. Es paradójico que visibilizar un problema que ataca a los propios ciudadanos se convierta en un problema
Al preparar el vídeo, ¿pensó que esto podría pasar?
No, en ningún momento pensé que se fuera a liar de esa forma. El Ayuntamiento me hizo llegar un mensaje por Instagram que no era una amenaza, pero sí una especie de advertencia de que este era un tema sensible en el pueblo. Pensé que, dado que durante este tiempo ellos no había hecho nada para solucionarlo, tenía sentido que me dijeran que no lo mencionara. No me lo tomé en serio.
La Fiscalía llegó a pedir un año y diez meses de cárcel por un chiste suyo sobre el síndrome de Down en 2019, ¿cambió en algo su manera de afrontar el trabajo?
Lo que ha pasado con San Fernando es reflejo de que no ha habido ningún tipo de reflexión más allá de, en tal caso, reforzar estar en mis trece porque sigo pensando que la libertad de expresión es algo que hay que defender. Lo que sí que he aprendido es a asegurarme de que los chistes sean más graciosos que polémicos. Sí que intento hacer mi trabajo mejor, independientemente de a quién pueda ofender, para que al menos si se lía, sea por algo que sea digno.
Da mucha rabia cuando te vuelves conocido por una polémica y aquello que una parte de la población querría defender por cuestiones de libertad de expresión y de defensa de la comedia, sea defendible pero no lo suficientemente gracioso. También creo que es lícito que el cómico se equivoque y no necesariamente tiene por qué pedir disculpas. Los chistes no graciosos son tan lícitos y deberían poder hacerse tanto como los que sí lo son. Pero bueno, ahora intento que sean graciosos para que si me voy a meter en la boca del lobo, que por lo menos sea una cosa que valga la pena.
Ahora me aseguro de que mis chistes sean más graciosos que polémicos
Hace unos años se abrió mucho debate sobre dónde están los límites del humor pero, ¿qué ha pasado desde entonces? ¿Siente libertad al escribir sus guiones?
Sí. El victimismo en el arte es muy frecuente porque te pone en un punto en el que sales bien parado, ya que de repente puedes jugar con la fantasía de que hay unos señores moviendo unos hilos que no quieren que hables y silenciarte, y tu mensaje es tan potente que toda esa serie de cosas en las que yo no creo... Suena muy bonito ponerte como víctima y decir: “Ya no se puede decir nada”. Pero la realidad es que se puede decir todo lo que tú quieras. Lo que pasa es que ahora la respuesta de a quién no le ha hecho gracia lo que has dicho te llega muy rápido.
Sí creo que venimos de una época de más sensibilidad que nunca. Desde 2016 hasta la pandemia, no es que no se pudiese decir nada, pero sería muy cínico negar que existió una cancelación muy fuerte de mucha gente. Sí que había una cultura de lo políticamente correcto que era bastante asfixiante. Ahora ya no estamos en esas. Igual que creo que es cierto que venimos de una época con una censura, que era diferente porque no te obligaba a borrar las cosas, sino que tiraba por otros derroteros de hacerte sentir mal, con superioridad moral, con una serie de palabras que se supone que ya no puedes usar.
Ahora mismo estamos en una situación en la que todos hemos aprendido muchísimo de feminismo y todas las palabras que se te ocurran, y ahora ya todos somos clase media intelectual normal. No tenemos por qué estar teniendo cuidado con hacer un chiste de “a fregar” porque ya todo el mundo sabe la importancia que tiene el feminismo; digamos que hay un poco de: “Podemos ya dejar de fingir que somos buenas personas cuando ahora ya hemos aprendido lo importante, por mucho camino que quede por recorrer está claro, y podemos hacer chistes de una vez porque si no, esto es insoportable”.
El victimismo es muy frecuente en el arte porque te hace salir bien parado
Aun así, tras la entrada de Vox en los ayuntamientos, quizás no solo enfocado en la comedia, pero se empezaron a cancelar obras y proyecciones de películas. ¿Le ha preocupado?
Hemos visto cancelaciones a gente como Zahara, que fue cosa de Vox; pero la de esta actuación viene del PSOE. Ser un fascista es algo que permea a cualquier polo político y al final, gente que no quiere que digas determinadas cosas, va a existir en todas partes. Siempre va a haber Flanders en todos los espectros políticos. Gente de izquierdas que se va a ruborizar y poner el grito en el cielo porque utilices determinadas palabras que se supone que no deberías decir; y gente de derechas que va a poner el grito en el cielo porque digas equis cosas que pueda ofender a su religión o forma de pensar.
Pero básicamente es la misma clase de persona estúpida que cree que las palabras tienen más fuerza que los hechos, y que el mundo se cambia cuando prohíbes un disco, una serie o cancelas a un cómico. La historia se repite y siempre hay esta especie de volvernos locos por algo de la cultura que desafía un poco, que intenta romper con determinadas cuestiones. Porque supongo que los linchamientos son divertidos, porque de repente pensar que todos tus problemas los provoca una canción o un rapero, también es una forma simplista de ver las cosas; y porque el 90% de la gente está jodida y necesita excusas para tirar adelante. Y a veces pasan estas cosas de coger la antorcha para hacerte más llevadero el lunes.
Si alguien tiene que ser ejemplar en cuestiones como la ley mordaza o de libertad de expresión tiene que ser la izquierda
¿Es ahora peor actuar en un pueblo en el que gobierna el PP o el PSOE?
Me resulta más escandaloso que quien censure sea en este caso la izquierda. También entiendo que no es una cuestión del PSOE como entidad cancelando la actuación de San Fernando, sino un alcalde acorralado, que tiene un pavor a que se le echen encima, que decide cancelar la actuación sin ser a lo mejor una persona que tenga algún problema con mi show. Pero bueno, creo que hay que ser ejemplar y que si alguien debe ser ejemplar en cuestiones como las leyes mordaza o las leyes de la libertad de expresión, evidentemente tiene que ser la izquierda.
La derecha tiene la suerte de que como tradicionalmente han sido más censores, no quedan tan hipócritas si de repente pretenden cancelar una actuación mía, como ha sucedido alguna vez. Pero claro, cuando lo hace un gobierno que es del PSOE es cuando no se entiende. Y ya han pasado esos años en los que podías poner la excusa de: “Es que esto es machista”, por ejemplo. Sigue habiendo cosas machistas, sigue habiendo cultura que a todas luces igual necesita una revisión, pero como sociedad hemos llegado a la conclusión de que somos nosotros quienes podemos decidir no comprar un ticket para ir a ver a un cantante que nos parece machista o a un cómico que nos parece clasista, o lo que sea. Que los gobiernos tomen estas decisión por nosotros es tomarnos de idiotas.
¿Debería existir alguna protección desde el Ministerio de Cultura para que no pueda haber una censura de este tipo?
Ahora tenemos la suerte, desde el que tiene más seguidores al que no tiene ninguno, de que al final eres más o menos escuchado gracias a internet. Las injusticias tienen un megáfono. Yo si noté mucho apoyo en este caso y basta con denunciar equis situación para que, si verdaderamente es injusta, suele haber un gran apoyo social. Y la verdad es que en este caso, la gente respondió muy bien. El comunicado que se hizo fue muy compartido y luego la actuación de Madrid se llenó.
¿Temió que se fueran a caer más espectáculos?
No, porque cuando esto te ha pasado varias veces, ya sabes medir cuáles son las verdaderamente graves y cuáles las polémicas pequeñitas. Y esto era, no voy a decir un día normal en mi vida, pero sí una más de las que sabes y hueles que son pequeñas.
Parece que lo tiene muy interiorizado y normalizado pero, ¿siempre lo ha llevado tan, entre comillas, bien?
Sí. Lo tengo muy interiorizado y no tengo mucho problema. Con otras cancelaciones pasadas, por ejemplo cuando fue la cuestión del síndrome de Down, en la que la izquierda y la derecha tenían claro que esa persona debía desaparecer de cualquier ámbito y su carrera debía acabarse. Ahí sí que lo pasé mucho peor porque no encuentras ningún apoyo y pierdes amigos, tu familia te pone en duda. No encuentras consuelo en ningún lado porque absolutamente todo el mundo está de acuerdo con que el chiste estuvo mal. Esto de San Fernando es nada al lado de eso y hay un consenso por todo el mundo que me ha escrito diciéndome que qué idiota el alcalde, qué mal el Ayuntamiento, y que les den por culo.