Back to Top

Christmas Lottery Jackpot sold out

Aunque los anglicismos dan siempre para mucho debate y polémica lingüísticos, lo cierto es que todas las lenguas, no sólo el español, crecen entre otras maneras tomando préstamos de otras lenguas. La nuestra está llena de arabismos, la mayoría de ellos tomados en la Edad Media, tiene algunos italianismos, bastantes galicismos y, sí, muchos anglicismos. La mayoría de estos son recientes, del último medio siglo, aunque algunos se remontan a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando la revolución industrial, que surge en Gran Bretaña con la máquina de vapor, llena de nuevos productos, conceptos y palabros todo el mundo civilizado. ¿Y cuál fue la vía de transmisión de todo aquello? La prensa, también incipiente en aquel tiempo.

Los anglicismos ya eran frecuentes en la prensa española hace dos siglos. Lo estudió no hace mucho María Vázquez Amador, de la Universidad de Cádiz -hoy todo nos lleva a Cádiz, donde por cierto se celebró el año pasado, con éxito, el último Congreso Internacional de la Lengua Española, el IX CILE-, y lo contó en el artículo “Los anglicismos en la lengua española a través de la prensa de la primera mitad del siglo XIX”, publicado en la Revista de Lingüística de la Universidad de Murcia en 2014.

Vázquez Amador basó su estudio en el examen pormenorizado de páginas publicadas entre 1800 y 1850 en seis cabeceras que entonces eran relevantes: Diario de Madrid, Gazeta de México, Mercurio de España, Correo Mercantil de España y sus Indias y Eco del Comercio. Encontró en ellas 63 anglicismos procedentes de 57 voces del inglés. Repasados con ojos de hoy, vemos que muchos han desaparecido de nuestra prensa y de nuestra habla cotidiana (bushel, paylebot, coke, attorney…), pero que muchos otros perviven: unos con su forma original, como extranjerismos crudos (chairman, meeting, speaker, budget, music-hall…), y otros totalmente asimilados a nuestra lengua, totalmente castellanizados: récord, líder, túnel, vagón, yarda. El grado de aceptación que Vázquez detecta de estos anglicismos es altísimo: el 66% de los 63 anglicismos encontrados acabó entrando, antes o después, en el Diccionario oficial, el que antes elaboraba la Real Academia Española y ahora hacen el conjunto de las academias. 

Vemos también por la investigación de María Vázquez Amador que por lo general sobreviven entre nosotros los préstamos necesarios, aquellos que tomamos para dar nombre a un concepto o a un objeto nuevo. Lo de sold out por agotado no parece muy necesario, la verdad, pero en evolución lingüística nunca se sabe. Quizás en unos años, en ese mismo bar que os cuento, haya un cartel en el que además de ‘Sold out!’ diga ‘Christmas Lottery Jackpot’, que es como me dice deepl.com -un traductor automático alemán muy potente y que utilizo mucho- que podemos traducir ‘Gordo de la Lotería de Navidad’.

He puesto en deepl.com lo de “El Güichi” y lo he vuelto loco. Solo me da una traducción posible: “The Güichi”. El inglés acabará tomando préstamos del gaditano. Me he quedado más tranquilo.  

Cron Job Starts