Durante 2024, tristemente, Palestina no ha dejado de ser noticia. La ofensiva de Israel y sus constantes violaciones de los derechos humanos tienen raíces históricas que hoy, más que nunca, no debemos olvidar. Y pocas obras han profundizado más y mejor en ellas que este cómic, obra magna del más destacado practicante del periodismo en viñetas, el maltés afincado en Estados Unidos Joe Sacco.
Tras haber realizado la pionera Palestina (1993), el autor regresó a Palestina, con la intención de investigar sucesos silenciados durante años: las matanzas cometidas por los israelíes sobre la población civil de los pueblos de Khan Younis y Rafah, en 1956, menos de diez años después de la proclamación del estado de Israel. Sacco va desgranando sus investigaciones, las entrevistas con los testigos, descubriendo por el camino la fragilidad de la memoria y del testimonio oral, intentando establecer un relato fidedigno de lo sucedido.
‘Cuadernos ucranianos y rusos’, de Igort (Salamandra Graphic, trad. Regina López Muñoz y Julio Reija)Y si hablamos de actualidad, es necesario también acudir a una de las obras que mejor puede explicar el conflicto entre Rusia y Ucrania. Igort, veterano autor italiano que, en los últimos años, se ha embarcado en diferentes exploraciones de la cultura japonesa, entrega en este díptico un estudio de corte periodístico que hunde sus raíces en los comienzos del siglo XX y recorre diferentes momentos del régimen soviético.
Dando voz a testigos y moviéndose entre el pasado y el presente, el dibujante emplea una forma narrativa flexible, que acude al texto, a la ilustración o al cómic según las necesidades, y expone sin equidistancias las hambrunas a las que fueron sometidos los ucranianos, los crímenes en Chechenia o el asesinato de la periodista crítica con el régimen de Putin Anna Politkóvskaya en 2006. Se trata de dos reportajes gráficos imprescindibles para toda persona interesada en el contexto histórico de la actualidad.
‘Moebius. Obra hermética’, de Moebius (Reservoir Books, trad. Carlos Mayor)Pocos autores han sido más influyentes y revolucionarios que el francés Jean Giraud. Moebius fue mucho más que el pseudónimo que escogió cuando comenzó a dedicarse a la ciencia ficción en los años 70, en la revista Metal Hurlant: fue una transmutación, una reinvención de estilo y voz narrativa que le permitió aventurarse en territorios desconocidos. Este esperado volumen recoge casi 500 páginas de historias cortas, en las que Moebius practica una ciencia ficción metafísica e intuitiva, rompe todos los cánones y reinventa el cómic, convirtiéndose en un referente estético de su tiempo, que influyó a creadores de todos los ámbitos.
El amante del cómic clásico encontrará en este libro ‘El garaje hermético’, ‘Arzach’ y otros imprescindibles de Moebius, que alterna color y blanco y negro. Quien nunca haya tenido la oportunidad de leerlo, descubrirá un universo único en el que adentrarse.
‘La madriguera’, de Jules Mamone (Liana Editorial)Primer cómic de Mamone —natural de Argentina— publicado en España, La madriguera ha sido una de las sorpresas del año. Una historia de una estética rotunda y original, que juega con el color de una forma inteligente, y que plantea una historia sobre neurodivergencia, relaciones familiares conflictivas, teñida de un onirismo incómodo, que crea imágenes de un innegable impacto visual.
Poblado de mujeres y personajes no binarios, el relato no deja de sorprender, con citas a Lewis Carroll y su conejo blanco que se pierde por la madriguera que da título al cómic, y referencias a pintores como Füssli, pero inserto en un contexto muy real: la pandemia de la COVID-19. Jules Mamone también acaba de publicar su propia versión de Drácula Bang Ediciones.
‘¡Universo! 2’, de Albert Monteys (Astiberri)Hace unos años, Albert Monteys nos sorprendió con una serie que se alejaba de su registro humorístico habitual, en el que era, sin duda, uno de los maestros del panorama actual. La serie era ¡Universo!, se publicó originalmente en formato digital en la plataforma Panel Syndicate y se sumergía en un género universal: la ciencia ficción. Monteys esquivaba sus tópicos con maestría, y ahora vuelve a demostrarlo con una nueva tanda de capítulos recogidos en un volumen en formato físico.
El autor es capaz de partir de los ingredientes más comunes en el género, los viajes en el tiempo, la exploración espacial, los robots o las inteligencias artificiales, y darles un giro fresco, costumbrista, con gotas de su personal humor, de forma que incluso quien no sea particularmente aficionado a la ciencia ficción la podrá disfrutar.
‘Aquí’, de Richard McGuire (Salamandra Graphic, trad. Esther Cruz Santaella)El estreno de Here de Robert Zemeckis, protagonizada por Tom Hanks y Robin Wright, parece el mejor momento para recuperar la novela gráfica que la ha inspirado, uno de los cómics más sorprendentes e innovadores del siglo XXI: Aquí, de Richard McGuire, publicado en 2014 y basado en una historieta breve del mismo autor aparecida en los años 80, es un viaje en el tiempo sin movernos del salón de una casa, gracias al inteligente uso de la estructura y composición por parte del autor. En este libro, se superponen diferentes momentos temporales gracias al uso de “ventanas” que permiten simultanearlos en el mismo espacio.
Con ese recurso, McGuire construye una narrativa fragmentada en torno a la vida y al paso del tiempo, que traspasa generaciones y alcanza los confines de la existencia de la humanidad y del planeta, en una obra única que Salamandra Graphic acaba de reeditar con nuevos extras.
‘Aguagim’, de Marina Sáez (Garbuix Books)Aguagim de Marina Sáez fue ganadora de un accésit del Premi Finestres de Còmic en Català —esta editorial publicó la versión en dicho idioma: Aiguagim—, un cómic de no ficción atípico, en el que la autora cuenta sus conversaciones y vivencias con un grupo de mujeres mayores que se juntan cada día para hacer ejercicio en una piscina municipal. A medio camino entre el documental y la biografía, el libro rebosa humanidad y humor y ofrece una visión de la madurez desprovista de tópicos.
El gran acierto de Sáez, de dibujo muy expresivo y un buen dominio de sus herramientas narrativas, es dar todo el protagonismo a unas mujeres que aparecen como personas tridimensionales, de forma que da espacio a sus preocupaciones y problemas, pero también a una forma de ver la vida desprejuiciada, divertida y libre, como suele puede alcanzarse a esas edades.
‘Dum Dum’, de Javier Marquina y Jaime Infante (Autsaider Cómics)Estando en la cárcel durante 1969 el boxeador Dum Dum Pacheco comenzó a escribir unas memorias a las que tituló Mear sangre, recuperadas recientemente por Autsaider. La misma editorial ha dado cabida también a una adaptación de cómic que respeta toda la visceralidad del original y añade unas imágenes secas, con sabor a género negro y que no escatima en detalles.
Marquina e Infante sintetizan los sucesos clave de una vida que no pretende ser ejemplar, llena de errores y de violencia, pero también de segundas oportunidades. Pacheco se levanta una y otra vez, triunfa y fracasa, y, por el camino, deja el retrato de una época y de un país alejados del glamour, más cerca del cine quinqui que del noir americano.
‘Los incorregibles. O cómo dejé de beber en Nueva York’, de Julia Wertz (Errata Naturae, trad. Regina López Muñoz)La autora del interesante Barrios, bloques y basuras vuelve con otro volumen, esta vez de corte autobiográfico, en el que narra los años que pasó viviendo en Nueva York, viviendo en un sótano diminuto y trabajando en un estudio, junto a otras dibujantes. Wertz y su divertido manejo del ritmo y del diálogo consiguen que el interés no decaiga nunca, y que la lectura sea una experiencia muy entretenida.
Y eso que Los incorregibles aborda, principalmente, los intentos por parte de Wertz de dejar el alcohol, sus recaídas y alguna relación tóxica que otra. Sostenida por su hermano, los grupos de terapia y sus amigas, Wertz consigue cambiar sus hábitos de vida, y encuentra en la exploración urbana de instalaciones y edificios abandonadas un hobby que llenará su vida, y que le permite adquirir una conciencia crítica frente a la gentrificación de las grandes ciudades.
‘Rosas que nacen del pandemonio’, de Nami Sasou (Fandogamia, trad. Luis Alis)En su madurez, Nami Sasou echa la vista atrás y rememora sus inicios en el siempre difícil sector del manga, como asistenta de otras autoras de más trayectoria. Con oficio y una mirada entre la nostalgia y la memoria, la autora recuerda a sus ídolos y a sus amigas, y levanta acta no solo del talento contenido en una industria masiva, la mayor del cómic a nivel internacional, sino también de las durísimas jornadas de horas infinitas para cumplir con fechas de entrega inhumanas, que solo podían cumplirse a base de sacrificios personales.
El toque pintoresco lo aportan las historias paranormales y de fantasmas que las jóvenes asistentes se cuentan mientras trabajan, que se entrecruzan con los relatos de la propia industria y las versiones de las mejores obras de las autoras consagradas que dibuja Sasou, en esta obra autoconclusiva que ninguna persona interesada en la historia del manga debería dejar pasar.
‘Hierba’, de Keum Suk Gendry-Kim (Reservoir Books, trad. Joo Hasun)La autora surcoreana es uno de los fenómenos editoriales más recientes en el sector del cómic de nuestro país, que ha visto cómo se traducían en poco tiempo varios libros suyos, como Perros, La espera o Mañana será otro día. Pero es su primer gran éxito, Hierba, el título que sigue representando mejor todas las virtudes de la dibujante: la delicadeza, la claridad expositiva y un tono poético que no está reñido con la denuncia.
En este cómic de no ficción aborda una cuestión dura, una herida aún abierta en su país: las “mujeres de consuelo” que fueron obligadas a prostituirse durante la larga ocupación japonesa de Corea, que terminó con la derrota de los nipones en la Segunda Guerra Mundial. Keum Suk Gendry-Kim sigue los pasos de una de ellas, una mujer a la que pudo entrevistar para reconstruir una vida marcada por la historia de violencia que es el siglo XX.
‘Bola Ocho. Integral’, de Daniel Clowes (Fulgencio Pimentel, trad. Alberto García Marcos)Pocos nombres hay que resulten más relevantes para el cómic independiente americano que el de Daniel Clowes. Sus últimas novelas gráficas, como Paciencia o Mónica, certifican su calidad y han llenado páginas de las secciones de cultura de medios internacionales. Pero sus orígenes se encuentran en una revista realizada íntegramente por él durante los años 90: Bola Ocho.
Fulgencio Pimentel acaba de editar los primeros 18 números de aquella cabecera en un formato cuidado y muy original: un solo volumen que incluyen las revistas tal cual se publicaron, incluso con las cartas de los lectores. La presencia de historias seminales como Ghost World o Como guante de seda forjado en hierro justifican por sí solas la compra, pero el libro también está lleno de piezas breves magistrales, con el estilo único de Clowes, entre el desaliento, el humor y lo bizarro.
‘¡Odio desatado!’, de Peter Bagge (La Cúpula, trad. Hernán Migoya)Pero si hablamos de los años 90, hay una serie que definió la década tanto como la música grunge: el Odio de Peter Bagge triunfó no solo en Estados Unidos, sino también en España, donde el humor satírico y salvaje del autor encontró su hábitat natural.
El autor ha dedicado los últimos años a contar las biografías de diferentes mujeres, en obras como La mujer rebelde o Credo. Tras varios años desde la última historia de Buddy Bradley, Bagge ha decidido retomar a su personaje fetiche en nuevas entregas de su serie, que La Cúpula ha reunido en un solo volumen. A caballo entre el pasado y el presente, Buddy y el resto del reparto siguen sirviendo al dibujante para diseccionar las miserias y contradicciones de la sociedad estadounidense. Lejos de amansarlo, parece que el tiempo no ha hecho sino volverlo más salvaje e indomable.
‘El bosque encantado de conocerte’, de Bárbara Alca (Salamandra Graphic)Este cómic concebido para niños y niñas plantea el clásico viaje iniciático encarnado en un niño-perro que no valora la naturaleza, y al que un traspié lo llevará a un bosque lleno de animales y flores parlantes. Bárbara Alca, autora especializada en humor, como demostró en PizzaChica y las lloronas, se adapta perfectamente al público infantil sin perder el buen humor y su voz personal.
Lleno de personajes divertidos y un poco macarras, este cómic conciencia sobre la necesidad de cuidar el medioambiente ajustando el mensaje y las acciones a la capacidad de su público, pero sin olvidarse nunca de divertir y de sorprender en cada página. Ideal para criaturas demasiado pegadas al móvil.
‘Catarsis’, de Moto Hagio (Tomodomo, trad. Ana María Caro)Siempre es buen momento para acercarse a la obra de esta autora fundamental, parte del llamado Grupo del 24 que renovó el manga shojo para niñas en los años 70. Hagio es muy conocida por sus incursiones en el género fantástico y en la ciencia ficción, con obras maestras como ‘¿Quién es el 11.º pasajero?’, pero aquí vamos a recomendar ‘Catarsis’, una recopilación de historias cortas publicadas en una etapa posterior, de madurez.
Con tonos variados, que tiñen el costumbrismo de cierto componente surrealista en algunas historias, Hagio ofrece historias cotidianas, afina los retratos psicológicos de sus personajes y profundiza en las relaciones familiares. Mitad, La niña iguana o Al sol de la tarde son magistrales, historias únicas en su género, con una intención genuinamente autoral, ideal tanto para fans del manga como para aquellas personas que todavía tengan prejuicios hacia él.
‘Por culpa de una flor’, de María Medem (Apa-Apa/Blackie Books)María Medem es una de las autoras más originales y genuinas que ha irrumpido en la escena más experimental del cómic español en los últimos años. A su intensa actividad en los fanzines, se suma un brillante debut profesional, Cénit, al que desde hace un tiempo acompaña su obra más ambiciosa y brillante, Por culpa de una flor.
El universo lírico y sutil de Medem, lleno de colores y sensaciones, se concentra en esta historia de amistad, ambientada en parajes rurales, que suena con la música del flamenco y el canto de los pájaros, y que invita a una lectura inmersiva y pausada. Una propuesta que, lejos de ser minoritaria, ha conectado con un público amplio deseoso de planteamientos diferentes, y que demuestra el potencial expresivo y poético de un lenguaje que tiene aún muchas sorpresas que ofrecer.
‘Impact’, de varios autores (Diábolo Ediciones, trad. Santiago García y Alfonso Bueno)La editorial madrileña Diábolo lleva varios años embarcada en la recuperación de clásicos del cómic estadounidense, entre ellos, las diversas colecciones que, durante los años 50, publicó el sello EC. Las impecables ediciones de Diábolo están recuperando un material que revolucionó el cómic con diversas cabeceras de terror, ciencia ficción y misterio, antes de que la censura acabara con ellas.
Impact puede ser la mejor puerta de entrada a estas series, por varios motivos: es un tomo autoconclusivo, que recoge los únicos cinco números que aparecieron en 1955; es una serie variada, que acoge historias de misterio ambientadas en espacios muy diferentes; pero, sobre todo, incluye una de las historias más importantes jamás publicadas por la editorial: ‘La raza superior’ de Bernard Krigstein y Al Feldstein, una de las primeras ocasiones en las que el cómic trató el Holocausto, una pieza ambiciosa e innovadora, inevitable para cualquier persona aficionada al cómic.
‘Cosmo en el espacio’, de Javi de Castro (Astiberri)Javi de Castro es un autor tendente a la experimentación, pero en su último trabajo ha hecho un ‘más difícil todavía’: este cómic ofrece una lectura reversible, de manera que, una vez se llega al final, hay que empezar otra vez, girando el libro y volviendo hacia atrás. La cosa se complica un poco más por el hecho de que estamos hablando de un cómic infantil, por lo que todo tiene que ser perfectamente accesible.
Javi de Castro lo consigue con creces, y ofrece una historia que además de estar llena de imaginación visual —necesaria para plantear viñetas a las que se les pueda dar la vuelta para mostrar escenas diferentes, resultará muy divertida para las y los más pequeños, por su ambientación espacial y sus personajes locos.
‘El buen ciudadano’, de Andrés Magán (Apa-Apa)Con una edición tan cuidada como suele ser habitual, Apa-Apa cabida a la nueva obra larga de Andrés Magán, un autor dado a la experimentación, como demostró con Fragmentos seleccionados, que aquí entrega una historia llena de humor y surrealismo absurdo y retorcido. Se trata de la aventura de una especie de alter ego, Juan Magán, un librero extraño que vende por internet y que tiene evidentes problemas para socializar, más aún en el mundo raro en el que vive.
Dibujado con un ojo puesto en la vanguardia y el otro en la tradición, El buen ciudadano es una lectura divertida y sorprendente, que no renuncia a cierto poso existencial que hará que su regusto permanezca mucho tiempo en nuestras mentes.
‘La oscura huella digital’, de Philippe Squarzoni (Errata Naturae, trad. Elena Pérez de San Miguel)Este ensayo gráfico escrito en clave en parte autobiográfica llamó la atención hace dos años sobre un problema invisibilizado por los medios hasta hace muy poco: el impacto medioambiental de la tecnología asociada a internet y al desarrollo digital. Vendida engañosamente como una tecnología “limpia”, que no ocupa espacio, la investigación de Squarzoni, que ya abordó temáticas medioambientales en ‘Cambio de clima’, evidencia la realidad.
El “streaming”, la inteligencia artificial, los juegos online, los NFTs y en general todo lo que implique el almacenamiento de datos tiene un impacto en el medio ambiente en forma de emisiones de dióxido de carbono por parte de centrales de datos cada vez más grandes y con mayores requerimientos energéticos. El trabajo de Squarzoni resulta necesario, pero también es una lectura de buen ritmo y accesible para cualquier persona dispuesta a asumir una emergencia climática que exige actuar ya.