Empezaron con una subestación en Granada y después se produjeron en Badajoz y en Sevilla; la vicepresidenta subraya que ya se han "descartado hipótesis": no fue un problema de cobertura ni de reserva, "ni del tamaño de las redes"
La presidenta de Competencia culpa a la UE del retraso para actualizar una norma “obsoleta” sobre renovables
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha anunciado este miércoles en el Congreso de los Diputados que las pérdidas de generación previas al histórico apagón del pasado 28 de abril “empezaron en Granada, Badajoz y Sevilla”.
La vicepresidenta ha explicado que, tras “al menos dos periodos de oscilaciones” en esa media hora previa al apagón en el sistema peninsular europeo, con una demanda “baja” se sucedieron “tres pérdidas” de generación: la primera “en una subestación en Granada” a las 12 horas, 32 minutos y 57 segundos; 19 segundos después, se desconecta otra subestación en Badajoz; y 20,3 segundos más tarde, otra en Sevilla. “La suma de estos tres eventos” acumulan una pérdida de algo más de 2,2 gigavatios “en 20 segundos”.
El comité está analizando “desconexiones que pueden ser por sobretensión como elemento desencadenante de la caída en cascada” que llegó justo después. Los sistemas de control de los distintos operadores reflejan que esa mañana “registraron volatilidad en las tensiones”, anteriores: “Subidas y bajadas” anteriores a ese cero y esas oscilaciones. Por eso se está analizando “no solo esa mañana”, sino también momentos previos al apagón.
Tras esas desconexiones, se pierde el sincronismo con el sistema europeo y saltan las interconexiones con Francia, la Península Ibérica queda aislada del resto del continente y se produce el “deslastre”: la demanda deja de estar alimentada y se desconecta “el primer escalón de deslastre”. Pero la frecuencia “continúa bajando” y se activan “los sucesivos escalones de deslastre” en un reducido espacio de tiempo. A las 12 horas, 33 minutos y 22 segundos se activa “el sexto escalón de deslastre de tiempo”, pero el sistema acaba colapsando hasta “el cero peninsular”, ha explicado en una comparecencia en el Pleno para dar explicaciones sobre esta crisis, cuyas causas el Gobierno dice desconocer.
Durante su intervención en la Sesión del Control al Gobierno, Aagesen ha precisado esas desconexiones que hasta ahora se ubicaban en la zona sur y suroeste del país. Justo después del apagón, el directivo de Red Eléctrica de España (REE) Eduardo Prieto dio a entender que las plantas que se desconectaron eran fotovoltaicas. El Ejecutivo no ha identificado de qué tecnología se trata.
La vicepresidenta ha explicado que el comité interministerial que está analizando las causas del suceso, que lleva ya seis reuniones y tiene un grupo dedicado al sistema eléctrico y otro para ciberseguridad, está analizando “millones de datos con los mejores equipos por parte de la Administración”. Ha afirmado que la colaboración de los agentes del sector está siendo “plena”. Se ha requerido información a más de una treintena de centros de control de generación, a las distribuidoras y a las agregaciones de grandes producciones de generación por encima de 1.000 megavatios.
El grupo de ciberseguridad ha analizado el operador del sistema, los centros de control y las instalaciones de generación. Una “muy buena noticia” es que en el operador del sistema “no se han hallado indicios” de que haya sido objeto de un ciberataque, algo que Red Eléctrica ya descartó poco después del incidente. El grupo de ciberseguridad ya ha empezado a analizar la información de los otros agentes del sector.
Según Aagesen, “ya hay elementos que sabemos”: dos oscilaciones en la red ibérica y “con el resto del continente europeo”. Y hasta ahora ya se han “descartado hipótesis”: no fue un problema de cobertura, ni de reserva, “ni del tamaño de las redes”, ha señalado la vicepresidenta.
El apagón, ha insistido, es un evento “altamente complejo” que va “mucho más allá” de “culpar a una fuente” de generación o a otra. Europa ha dado “tres meses” a España y Portugal para emitir su informe sobre lo ocurrido. Y el regulador europeo “prácticamente un año y medio”. “No nos vamos a guiar por planteamientos políticos” que buscan “respuestas simples” a un evento “excepcional” para el que el Gobierno espera “cuanto antes” tener “certezas”.
“No hay guerras tecnológicas”, ha dicho Aagesen, que ha recordado que el 90% de la nueva generación instalada en el mundo el año pasado era renovable. La vicepresidenta ha confiado en que “los organismos competentes” tomen las medidas oportunas cuando se identifiquen las causas, después de que este martes elDiario.es revelase que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) lleva desde 2021 analizando una norma “obsoleta” para que las renovables den “estabilidad” a la red participando en un nuevo sistema de control de tensión en el sistema eléctrico.
La vicepresidenta ha avanzado que el próximo 22 de mayo España y Portugal trasladarán a las autoridades europeas la información sobre el incidente. En respuesta a una pregunta del diputado del PP Borja Semper, que le ha reprochado las explicaciones “profundamente lamentables” ofrecidas hasta ahora por el Gobierno, con “mucha desinformación”, según el popular, Aagesen ha señalado que “desinformar es alimentar hipótesis sin saber la verdad”.
El Ejecutivo, ha dicho, está trabajando “sin descanso” para identificar qué falló e informar con “total transparencia” para tomar las medidas adecuadas “en un tema de extremada complejidad que requiere rigor” y sin aplicar “recetas simples” como “bajar impuestos a las empresas energéticas. Desde luego, eso no es serio. Los españoles se merecen la verdad”.
Durante su comparecencia, Aagesen ha calificado de “poco serio” asociar la prolongación del calendario de cierre de las nucleares, que ha recordado, no empieza hasta 2027. Y ha insistido en que “evidentemente” se estudiará “con rigor” una propuesta de las empresas, si llega, siempre que no implique un sobrecoste para los ciudadanos.
“Frente a quienes en las primeras horas ya lo tenían claro”, que el problema “han sido las renovables”, “me temo que la realidad es más compleja”, en un sistema, el europeo, donde interaccionan frecuencia, tensión, potencia activa, energía reactiva, en cuestión de “milisegundos”. Un sistema que, ha recordado, es “síncrono” y necesita mantener la frecuencia constante; que es “el mayor del mundo”, una “gigantesca coreografía” en la que “la frecuencia con la que gira un aerogenerador en Sevilla está coordinada con la de otro que gira en Riga”.
Aagesen ha comparado esas oscilaciones previas a los cortes de generación con “un balancín”: se generan “en una parte” del sistema y se perciben en otra “de esa gran máquina paneuropea”. Y se notan más “en los extremos”, especialmente cuando menos interconexión hay, como si fueran un “látigo”, que afecta más a España. Se está analizando “hasta qué punto” esas oscilaciones tuvieron “algo que ver con el incidente”.