Las habitaciones de los hoteles no son solo esos lugares que ocupamos con más o menos prisa y ganas de vez en cuando. Son también el espacio de trabajo de las camareras de piso; habitaciones y pasillos que pueden convertirse en el escenario casi solitario de episodios de acoso o de situaciones, como mínimo, incómodas. Sin embargo, nadie parecía haber reparado en ello: apenas existen protocolos de acoso sexual para proteger a estas trabajadoras o para establecer un canal de comunicación en caso de que algo así suceda. CCOO inicia ahora una campaña al respecto que da la vuelta a un conocido lema: el cliente no siempre tiene la razón.