Los datos del IPC de abril lo dejaron muy claro: el coronavirus ha encarecido la cesta de la compra.
Aunque el índice general registró un descenso del 0,7% interanual—provocado por el abaratamiento de los carburantes—, los precios de la alimentación subieron un 4%, según la información difundida por el INE. Por categorías, la mayor subida se la llevaron las legumbres y hortalizas (+10,4% entre marzo y abril), seguidas de platos preparados como la pizza y la quiche (+3,6%), el marisco y el pescado, tanto fresco como refrigerado. Por contra, la carne de ovino, los helados y las bebidas espirituosas no subieron de precio, sino que bajaron ligeramente, entre un 1 y un 2%.